El BCE asusta a los inversores

Los mercados de valores europeos se han movido durante toda la semana tomando como base las expectativas de un descenso de los tipos de interés que, finalmente, fue superior a lo esperado y provocó importantes caídas de las cotizaciones. El miedo a que la recesión sea peor de lo que se había previsto hasta ahora ha acelerado la presencia de órdenes de venta en todas las plazas europeas.

El Ibex 35 pierde en el conjunto de la semana el 4,71% y cierra por debajo de los 8.500 puntos, cuando sólo un día antes había llegado a situarse en 9.113,20 puntos.

La razón de esta brusca caída estuvo tanto en la decisión del BCE de rebajar en 0,75 puntos los tipos de interés, hasta situarlos en el 2,50%, como en la revisión de expectativas sobre la economía, que en sólo tres meses han pasado de estimar un crecimiento del 1,2% para 2009 a esperar un descenso del 0,5%.

La velocidad de los acontecimientos está superando a los inversores y ha hecho crecer las órdenes de venta casi al mismo ritmo con que el dinero se retira. Antes de la decisión del BCE, los inversores tenían muy asumida la entrada de la economía en recesión y sólo quedaba por ver el impacto de esa situación en los resultados empresariales y su repercusión en el pay out, es decir, en el dinero que las sociedades destinan al pago de dividendos, que hasta hace poco era el único argumento para mantener algunas posiciones.

A uno y otro lado del Atlántico se han sucedido los malos datos económicos, aunque en Estados Unidos han alcanzado niveles inesperados. La actividad del sector industrial cayó en noviembre a su peor nivel desde 1982, y la del sector de servicios marcó un mínimo histórico, los pedidos a fábrica acumulaban en octubre su tercera caída consecutiva y la tasa de paro ha crecido en noviembre dos décimas, hasta el 6,7%, tras la pérdida de 533.000 empleos, la mayor caída mensual en 24 años. A la debilidad del sector financiero se ha unido el importante sector del automóvil, que tiene serias dificultades para conseguir las ayudas que eviten que algunas grandes empresas puedan suspender pagos en breve.

Los recortes generalizados de los tipos de interés pretenden aliviar en parte el impacto de la recesión, pero en la sesión del pasado viernes nadie estaba seguro de que pudiera conseguirse en un plazo más o menos prudencial.

Aun así, el nivel que mantenía el Ibex 35 al final de la semana era de relativa comodidad, al estar lo suficientemente lejos de los mínimos anuales. Esa posición, sin embargo, parece bastante inestable debido a los bajos volúmenes negociados en los últimos días, con un máximo de 3.000,73 millones de euros y un mínimo de 2.098,83 millones, justo en los dos días previos a la rebaja de tipos de interés del BCE, con el agravante de que el poco dinero que se mueve en el mercado se concentra en muy pocos valores. -