_
_
_
_
_

"Me pegaron por pedirles que pagaran el billete"

UGT denuncia unos 40 incidentes en 2008,y la EMT dice que son hechos aislados

Pilar Álvarez

Sábado de madrugada, 2.45, en una de las paradas de Ginzo de Limia (El Pilar) de la línea del búho nocturno N-23. Se abre la puerta del autobús y José Antonio Felipe deja pasar a una pandilla, una veintena de jóvenes de entre 20 y 25 años. "Uno picaba el billete y se colaban tres o cuatro por detrás", cuenta Felipe, conductor de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) desde hace ocho meses. Con el vehículo ya en marcha, les recriminó que pasaran sin pagar e intentó avisar por radio a su jefe. Seis de los chicos del grupo, según su testimonio, se adelantaron y se le echaron encima. "Se me abalanzaron porque no querían pagar", explica Felipe. Sufrió múltiples contusiones. Es la segunda agresión a un conductor esta semana.

Más información
Sólo uno de cada nueve autobuses de la EMT tiene instalada una mampara de seguridad

El conductor les llamó la atención. O pagaban o llamaría a la Policía Municipal, según consta en la denuncia posterior que Felipe presentó en la comisaría de Chamartín. Pero el aviso no gustó, y parte del grupo se movió desde la parte trasera del vehículo hacia adelante. "Eran seis y empezaron a darme puñetazos en la cara y me tiraron la bebida encima", asegura el conductor, portugués de 24 años.

Mientras se producía este episodio, el autobús -una línea circular que discurre entre Cibeles, el paseo de la Castellana, la avenida de Asturias y Ginzo de Limia- seguía en marcha. El jefe de Felipe, desde el centro de control, escuchaba la discusión y los gritos tras la llamada de aviso. "Había más viajeros, pero nadie se levantó a ayudarme", añade el trabajador.

Alguien activó el botón de emergencia situado junto a la puerta y el autobús se frenó de forma automática. Dos chicas del grupo, según el conductor, se lesionaron con el frenazo. Una portavoz del servicio de emergencias confirmó ayer que atendieron a dos personas en Ginzo de Limia por heridas leves y que fueron dadas de alta allí mismo. Los partes médicos que Emergencias y una clínica hicieron del conductor señalan varias contusiones en la frente y antebrazos y dolor en el tórax. Ayer le quedaba "un dolor en el cuello y muchos nervios".

El joven denuncia que no habría tenido ningún problema si el vehículo hubiera incluido una mampara de protección en la parte delantera, instalada sólo en parte de la flota municipal de 2.100 autobuses. Conductor desde hace más de dos años -en abril cambió de empresa-, Felipe asegura que nunca le había ocurrido "nada parecido". Y espera reincorporarse rápido al trabajo porque le encanta la profesión, a la que también se dedica su padre.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Un portavoz de la EMT lamentó lo sucedido, que enmarcó dentro de hechos "muy poco habituales" en un servicio que transporta a 60.000 viajeros durante las noches de los fines de semana en 200 autobuses. Pero UGT denuncia que no se trata de hechos esporádicos. Según sus datos, se producen "entre cuatro y siete" agresiones a conductores al mes. El sindicato ha contabilizado 42 incidentes similares entre enero y septiembre de este año y exige más seguridad en las líneas nocturnas que, según la EMT, ya cuentan con control policial y con el apoyo de vigilantes de empresas de seguridad privada.

La de la madrugada de ayer es la segunda agresión hecha pública esta semana. El martes, el conductor José Miguel Lucas, de 37 años, denunció un episodio similar con dos viajeros que tampoco querían pagar. Lucas conducía de madrugada un búho de la línea Madrid-Guadarrama, que gestiona una empresa privada. En una de las paradas de Collado Villalba subieron dos chicos que intentaron colarse. "Iban borrachos", aseguró el denunciante, que recibió un botellazo en el hombro y varios azotes del cinturón de uno de los viajeros.

A raíz de esa denuncia, el Ayuntamiento anunció que en enero comenzarán a instalar cámaras de videovigilancia en la flota de la EMT. Cuando un conductor active el servicio, una alarma colocada en el vehículo enviará las imágenes captadas por cuatro cámaras interiores al centro de control. También se han comprometido a incrementar la vigilancia policial estas vacaciones en las líneas más turísticas, las que registran más incidentes y las del aeropuerto.

El conductor José Antonio Felipe, en su vivienda.
El conductor José Antonio Felipe, en su vivienda.ÁLVARO GARCÍA

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_