Del joven no cualificado, al vendaval del desempleo
Si hubiera que trazar el retrato robot del desempleado valenciano que ha generado esta crisis, el resultado sería el de un hombre, joven (de 16 a 30 años) y poco cualificado. En los últimos 11 meses su sector habría cambiado: empezó siendo de la construcción y evolucionó, a partir del verano, hacia los servicios y la industria, afirma a grandes rasgos, Miguel Llanes, secretario de Empleo de UGT-PV.
El envenenamiento de la crisis ha ido provocando oleadas de paro, sigue Llanes. La primera afectó a quienes estaban buscando empleo. La segunda, a quienes tenían un contrato temporal y concluyó sin que se lo renovaran. La tercera, azotó a los fijos bajo la forma de expedientes de regulación de empleo (ERE) o de cierre de la empresa.
Fernando Casado, secretario de Empleo de CC OO-PV, comparte la primera parte de la descripción de Llanes, pero cree que hace ya tiempo que el "vendaval" del desempleo sobrepasó los límites antes descritos para alcanzar a todo tipo de trabajadores: "Gente con contratos temporales y fijos, al colectivo que presenta problemas de formación y a los que están cualificados. ¿Cuál es el perfil? Ahora ya no se puede decir".
En el inicio de ese proceso de generalización tuvo bastante que ver la formidable capacidad de arrastre de la construcción, señalan los sindicatos: desde los empleados de inmobiliarias (servicios) hasta las fábricas de puertas, ventanas y fontanería (que pertenecen al potente sector industrial metalmetálico, mucho más cualificado). La caída del consumo registrada en los últimos meses ha golpeado de lleno, finalmente, a los subsectores del comercio y de la hostelería.
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