Vidarte se exculpa por carta de las acusaciones de falta de control

Tres días después de que la comisión parlamentaria que investiga las irregularidades descubiertas en la gestión del Guggenheim acusara a Juan Ignacio Vidarte de falta de capacidad profesional y desatención en el control de sus subordinados y en la rendición fiel de las cuentas, el director general del museo rompió su silencio con una carta. En ella se exculpa de responsabilidades en el desfalco cometido por el ex director de Finanzas, Roberto Cearsolo, y en las pérdidas en operaciones de cambio de divisas para la adquisición de obras de arte, sin aceptar crítica alguna. El director del Guggenheim se escuda en el trabajo realizado en los últimos 18 años y asegura que, a partir del descubrimiento del desfalco, la situación es "injustificada por su desproporción e injusta por su parcialidad".

La situación resulta "injustificada por su desproporción", asegura

Vidarte se defiende de las críticas por falta de control atribuyendo la culpa, sin citarle por su nombre, a Cearsolo, por haber traicionado la confianza que depositó en él. Confiar, dice, es imprescindible para trabajar en equipo y "no implica ni dejadez ni confianza". "El problema no estriba en la confianza sino en la actitud desleal de quien la traiciona", añade.

El director general del Guggenheim lamenta que en sus declaraciones ante la comisión de investigación parlamentaria sentía que no era escuchado ni se daba crédito a sus palabras. "Lo he visto confirmado, desafortunadamente, a la hora de leer lo que ha aparecido en los medios acerca del dictamen final". Vidarte reprocha además que los miembros de la comisión no respetaran el carácter secreto de las comparecencias.

En cuanto a las operaciones de cambio de divisas, cree que se ha ignorado que "la cantidad correcta" de las pérdidas generadas por comprar dólares por adelantado "según los auditores es de 5,6 millones de euros". Sin embargo, el pasado mes de abril, con los datos de la auditoria de la Sociedad Tenedora correspondiente a 2007, la primera que se realizaba en 10 años, en la mano, Vidarte explicó que el impacto de las pérdidas por el tipo de cambio sólo suponían 1,5 millones de euros. A los 3,6 millones que detectaron los auditores (después de considerar una parte de las pérdidas como mayor valor de las obras) le restó 2,1 millones de ingresos financieros.

El director del Guggenheim critica que se hayan difundido "opiniones" con "categoría de realidad por encima de los hechos objetivos". Vidarte discrepa de quienes utilizan el término "artificios contables" para calificar lo que considera "un criterio técnico avalado por los auditores". Tampoco está de acuerdo con calificar la compra de divisas de "operación especulativa". Se trata, "según la entidad financiera con la que se realizó [el BBVA] de un seguro de cambio, una operación frecuente y conservadora", sostiene.

Por otra parte, el Patronato del Museo de Bellas Artes de Bilbao mostró ayer su solidaridad con Vidarte. En una nota aprobada el pasado jueves, el patronato -en el que están integrados el Gobierno vasco, la Diputación de Vizcaya, el Ayuntamiento de Bilbao y el BBVA, Deia, El Correo, El Corte Inglés, la Fundación BBK, la Fundación Vizcaína Aguirre, Iberdrola y Metro Bilbao- indicaron que Vidarte ha desarrollado "un trabajo de extraordinaria magnitud" y que la gestión del Guggenheim "se ha convertido en un modelo museológico estudiado, admirado e imitado internacionalmente".