Esther Ferrer enseña cómo trabajar con "medios pobres"
La artista expone en Bilbao junto a los alumnos de Bellas Artes
Esther Ferrer (San Sebastián, 1937), galardonada por el Ministerio de Cultura con el Premio Nacional de Artes Plásticas 2008 por su larga trayectoria en el campo de la performance y su influencia en las generaciones más jóvenes, no quiere ejercer de crítica de arte con los alumnos recién licenciados de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco que muestran su obra junto a la suya en la XXI Exposición Audiovisual (Sala de exposiciones del BBVA. Plaza de San Nicolás 4. Hasta el 20 de diciembre). "Cometería grandes errores", asegura. "Yo puedo criticar mis obras, pero no hablar de otros artistas, y menos estando ellos delante".
La veterana artista reconoce implicitamente el interés del centenar de obras realizadas por los alumnos del departamento de Audiovisuales de Bellas Artes: diez instalaciones multimedia, 70 vídeos y ocho fotografías. "Los jóvenes arriesgan a su manera", afirma. Ferrer y el compositor Tom Johnson (Colorado, 1939) son los artistas invitados a una exposición que trata de acercar al público el trabajo de artistas en ciernes, jóvenes que aún no han mostrado su obra fuera del ámbito universitario. Ferrer desea que la notoriedad que le ha dado el premio de Artes Plásticas redunde en beneficio de los artistas representados en la muestra.
La 21ª Exposición Audiovisual reúne en Bilbao un centenar de obras
Las dos instalaciones que Ferrer presenta se alejan del despligue de medios audiovisuales de sus jóvenes compañeros de exposición. "Me gusta trabajar con medios pobres, con lo cotidiano, descontextualizándolo", explica. "Soy una minimalista muy particular, que basa su trabajo en el rigor del absurdo, que no entiende lo que pasa a su alrededor en una sociedad absurda. Pertenezco a la tradición conceptual, minimalista y absurda".
Los medios pobres de la obra La parte de los ángeles son muchos metros de hilo blanco y una larga lista de licores de distintos colores comprados en un supermercado, desde un azul Curaçao al verde pipermint y el blanco licor de melón, que se irán evaporando mientras dure la exposición. La segunda instalación de Ferrer está formada por muchos metros de los rollos de papel que se utilizan en las calculadoras. La artista anima a ver en los bucles de papel el juego de claroscuros y el movimiento, y así atrapar el tiempo del público y su reflexión posterior. "Son simples rollos de papel que el espectador convierte en obra de arte", dice.
Johnson utiliza estructuras matemáticas para escribir sus secuencias de armonías. Con 11 notas forma sucesivos acordes de cuatro sonidos y los representa en diagramas sobre papel. Por vez primera, en la exposición de Bilbao Ferrer ha colaborado con Johnson, su pareja, en la elaboración de una obra en común. Uno de los dibujos geométricos que representa la música del compositor ha sido realizado por la artista en gran formato sobre una pared, utilizando hilo en lugar de lápiz para marcar las líneas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.