Carod exige ahora un referéndum si hay un recorte del Estatuto

Barcelona - 05 dic 2008 - 00:00CET

El 27 de noviembre, hace apenas siete días, el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, hizo público su propósito de liderar Esquerra Republicana (ERC) si era un "partido serio" y también fue explícito al defender una respuesta "unitaria" de los partidos catalanes ante una eventual sentencia del Tribunal Constitucional contraria al nuevo Estatuto.

Pues ayer, Carod, en otra conferencia que organizó ERC para justificar por qué la formación independentista reeditó el tripartito, se desdijo y aseguró: "ningún tribunal decidirá sobre lo que haya votado ya el pueblo de Cataluña" y agregó: "ante una sentencia adversa habrá que dar la voz al pueblo". Entre las dos posiciones de Carod ha pasado exactamente una semana.

El acto de los republicanos de ayer en el Petit Palau de la Música hizo un balance muy positivo del papel de Esquerra en el Gobierno catalán. Tanto que Carod llegó a jactarse del despliegue de los Mossos d'Esquadra, algo que ha completado esta legislatura el Departamento de Interior en manos de Iniciativa-Esquerra Unida, y antes comandada por el Partit dels Socialistes, y anteriormente por Convergència i Unió, pero jamás por ERC.

Carod insistió en la cuestión del referéndum en caso de laminación del Estatuto y censuró al líder de CiU, Artur Mas, que aboga por la consulta popular "después de haber pactado la desilusión colectiva en La Moncloa", en referencia al pacto que alcanzó con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el 21 de enero de 2006.

Puigcercós y la pancarta

La conferencia también se pudo leer en clave interna siguiendo las intervenciones de Carod y del presidente de ERC, Joan Puigcercós, que aunque coincidentes en la bondad de que el independentismo construya "espacios de soberanía" en el Gobierno eran bien distintas. Carod llevó el duelo con el presidente de Esquerra donde se siente más cómodo: en el mitin.

El vicepresidente del Gobierno fue de lo más combativo y apuntó: "seguiremos haciendo delegaciones en el exterior, pero cuando podamos cerraremos la primera que inauguramos, en Madrid, y abriremos una embajada". Puigcercós, más comedido, sostuvo: "debemos mantener la responsabilidad -en el Gobierno- a pesar de que es más fácil coger la pancarta".

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