El Consell lanza un plan para bajar un 4,6% la emisión de CO2 en 4 años

El impacto del cambio climático en la Comunidad Valenciana provocará una disminución de recursos hídricos, la regresión del frente litoral, pérdidas de biodiversidad y un incremento de la erosión del suelo, entre otras consecuencias. Es un escenario verificado por los expertos que exige medidas a todos los niveles para frenar el calentamiento global. Y esas medidas pasan por una drástica reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que lanzan a la atmósfera principalmente la industria, el transporte, el sector energético, la agricultura, los servicios y el sector residencial. Para conseguirlo, el Consell plantea la Estrategia Valenciana ante el Cambio Climático 2008-2012, un decálogo de 125 directrices con las que pretende reducir las emisiones de CO2 -principal gas de efecto invernadero- en un 4,6%.

Las emisiones han crecido un 86% entre los años 1990 y 2005

El coste de frenar el calentamiento global ahorrará pérdidas a la larga

"El compromiso del Consell en la lucha por el cambio climático va más allá de una eventual moda pasajera, es real y palpable", aseguró ayer en la presentación de la estrategia el vicepresidente del Consell Vicente Rambla. Mitigar sus efectos tiene un coste, pero mayor será el de no actuar, añadió el consejero de Medio Ambiente, José Ramón García Antón, que ha coordinado el plan. "Con cada punto del PIB que se invierta" en medidas contra el cambio climático se evitará, en unas décadas, un 20% de pérdidas. Incluso en tiempos de crisis como los de ahora, "la lucha contra el cambio climático puede convertirse en un aliado", en una "oportunidad de modernización y de innovación tecnológica", auguró Rambla.

El objetivo de disminuir las emisiones de CO2 no es fácil de alcanzar, ya que entre 1990 y 2005 han crecido en la Comunidad Valenciana un 86% -suponen el 7,5% del total nacional-. En ese mismo periodo aumentaron un 52% en el conjunto de España. La estrategia valenciana se propone como meta en 2012 que la emisión media anual per cápita se reduzca de 9,1 a 8 toneladas de CO2 equivalente -unidad de medida de los gases de efecto invernadero-. Ello implica lanzar a la atmósfera dentro de cuatro años 40,72 millones de toneladas, frente a las 42,68 de 2005, el año que usa la Generalitat como referencia a partir de los datos del Gobierno. Esta disminución del 4,6% redunda en una contención mayor si se tiene en cuenta un escenario futuro sin medidas contra el cambio climático. Con la aplicación de la estrategia, que ahorra a la atmósfera 7,9 millones de toneladas anuales, se frenarán un 16,4% las emisiones, recalca la Generalitat. Con ello, la Comunidad Valenciana superaría el propósito de contribuir al cumplimiento del Protocolo de Kioto, de cuyas previsiones España aún está muy lejos.

La estrategia contiene 125 líneas generales de actuación, de las que el 75% están en marcha, según Rambla, en actuaciones como la reutilización de aguas residuales, el fomento del transporte público o el Plan Eólico. La Generalitat, a través de las consejerías, impulsará medidas dirigidas especialmente a los mayores emisores de CO2. Así, en la industria (que aporta el 42,2%) buscará acuerdos para la renovación tecnológica. En el caso del transporte, que suma el 30,3% de las emisiones, el Consell incentivará el uso del tren de mercancías y potenciará consorcios metropolitanos para aumentar el uso de los medios públicos. La estrategia incidirá en la eficiencia energética, la investigación e innovación, el ahorro de agua y la mejora de prácticas en la agricultura. Buscará, asimismo, la disminución de residuos y potenciará la reforestación para crear sumideros naturales que absorban el CO2. El Consell planteará, con el Gobierno, la posibilidad de crear almacenes subterráneos de CO2, y no descarta, aunque sin plazos, medidas de fiscalidad ecológica. También prevé que en la producción de energía el 42% sea renovable.