Metrovacesa queda bajo control de la banca al no poder afrontar la deuda
Las seis entidades acreedoras se quedan con el 54% y absorben 4.000 millones
Las grandes inmobiliarias, atragantadas por una enorme deuda que no pueden asumir, han optado por dos vías para salir de la brutal crisis que viven: o la suspensión de pagos -caso de Martinsa-Fadesa o Habitat- o la cesión del control a las entidades financieras a las que deben miles de millones de euros -como hizo Colonial y ahora Metrova-cesa-.
La familia Sanahuja, que controla el 80,1% acuerdo con sus seis máximos acreedores: Santander, BBVA, Banesto, Popular, La Caixa y Caja Madrid. Las entidades se harán cada una con el 9% de la inmobiliaria (hasta sumar un total del 54% del capital) a cambio de la deuda de 4.000 millones de euros que pesaba sobre Cresa y Sacresa, entidades que engloban el patrimonio de los Sanahuja. Además, la familia de empresarios catalanes tendrá que aportar activos como pago a sus acreedores, según fuentes financieras familiarizadas con la operación.
Los Sanahuja habían garantizado el préstamo con las propias acciones de la inmobiliaria sobre la que lanzaron una OPA en pleno conflicto con el antiguo gestor de la empresa, Joaquín Rivero. Pero las acciones de Metrovacesa no han podido evolucionar peor desde entonces, al pasar del máximo de 97 euros que alcanzaron el pasado mes de abril a los 50 actuales. La evolución en Bolsa de ayer fue no apta para cardiacos, porque los títulos llegaron a caer casi un 20% a media sesión, pero cerraron exactamente igual en el mismo valor que el día anterior: a 50 euros.
Los Sanahuja seguirán como primeros accionistas de la inmobiliaria, con un porcentaje cercano al 28%. Las mismas fuentes señalan que el grupo Sacresa recibió ayer una confirmación verbal de las seis entidades financieras, pero que están a la espera de recibir la carta de aceptación de los bancos, que esperan para hoy mismo.
Sobre la negociación, que se llevó a a negociación, que se llevó a cabo durante el fin de semana, sobrevoló en todo momento la sombra de la suspensión de pagos. Y aunque el acuerdo al que han llegado afloja un poco la soga alrededor del cuello de los Sanahuja, no garantiza la supervivencia de la empresa, que todavía arrastra una deuda de 7.000 millones de euros.
Metrovacesa ya se vio obligada la semana pasada a cerrar un negocio ruinoso con el banco británico HSBC, al que vendió la misma torre que le había comprado año y medio atrás con unas minusvalías superiores a los 300 millones de euros.
Pero Metrovacesa no es la única inmobiliaria en problemas. Aisa informó ayer de que el grupo inversor privado First Mile Investments se ha comprometido a tomar cerca del 60% de su capital.
Esta firma con sede en el Reino Unido ha concedido un crédito convertible en capital de 70 millones de euros a Aisa, según comunicó la inmobiliaria a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Aisa sostiene que First Mile se ha comprometido a convertir este crédito participativo en acciones, recapitalizando así la compañía.
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