Tributo a la reina del folclore
Medio millar de convecinos agasajan a Ana Kiro en su villa natal, Arzúa
Homenajes todos, pero en vida. "Luego sino no me entero". Ana Kiro no sabe aún cuantas comidas multitudinarias de demostración de cariño le brindarán sus paisanos de Galicia. Pero el de ayer, en su Arzúa natal, tuvo carácter especial para la reina de la tierra del queso tetilla. Convaleciente de un cáncer contra el que lucha desde hace dos años, la cantante tuvo que combatir frío y emoción para estar en el homenaje popular que reunió en un gélido recinto ferial a medio millar de personas deseosas de comer con su vecina y agasajarla por poner "a Arzúa por el camino de las estrellas", como escribió el concejal de Cultura en el libro de dedicatorias.
Con José Manuel Gayoso oficiando de maestro de ceremonias y arropada de personajes del folclore televisivo gallego al que ella misma pertenece, como Farruco o Pili Pampín, Ana Kiro, nacida María Dolores Casanova (Castañeda, Arzúa, 1942), no cantó ayer. Pero lloró mucho, al tiempo que iba desembalando, sentada en el estrado, regalos: el retrato enmarcado de su querida "abuela madrina", una pulsera de oro con el nombre de su villa natal o el escudo de su apellido, tallado en madera de castaño. Por los altavoces sonaba su voz cantando "fuxir homes, fuxir homes, que aí vos ven a capadora". Las primeras lágrimas ya salieron a borbotones al recibir una enorme tarta de chocolate traída de O Carballiño con las siluetas de un tocadiscos, un megáfono y un micro. Era la memoria de una carrera musical que, casi 20 años después de concluir, sigue siendo el principal aval de Ana Kiro entre sus compatriotas.
Su carrera arrancó en Barcelona con 100.000 copias vendidas en 1973
En 1979 arengaba con letras de corte independentista a "levantarse"
La fiesta estuvo constreñida por el frío. Ni las enormes estufas de queroseno repartidas por el recinto, ni los aplausos, ni el pulpo o la carne ao caldeiro de un sencillo menú que terminaba con queso y miel de Arzúa, lograron caldear el ambiente. Tras la comida, las voces de la rondalla y de la coral locales dedicaban temas en castellano a la "gran dama de la canción gallega, esa mujer de arriba a abajo", en palabras de Gayoso. "Es verdad que estamos hoy todos medio vivos y medio muertos", confesó el presentador televisivo.
"Yo estoy de maravilla", salvo un pequeño problema de estabilidad que le impide estar de pie, aseguró Ana Kiro. Y aunque hubiera preferido, dijo, estar junto a una lareira encendida comiendo chorizos con vino, la cantante agradeció a sus vecinos y a sus médicos, presentes entre los comensales, que le sigan rindiendo homenajes. Por el estrado desfilaron amigos y compañeros, que recordaron la versátil carrera de una cantante reconvertida en presentadora de televisión y actriz de series.
Kiro debutó en Barcelona con un Galicia, terra meiga que le valió, en sólo tres meses, ser casete de oro, con 100.000 copias vendidas. Era 1973, en una España aún franquista en la que encabezan las listas de éxitos musicales Boney M o Georgie Danm. Y el hecho de que triunfara también una mujer cantando en gallego le valieron ayer a Ana Kiro los reconocimientos de "feminista valiente" y "gran dama de Galicia en el mundo".
Fue además fundamental, recordaron sus vecinos y amigos, el papel entre la emigración gallega de Europa y América de una voz que cantó temas tan diversos como Arrastrache-lo cu polas pallas (1989) o un reivindicativo Galicia Ceibe (1979) en el que arengaba, con letra de corte independendista, a levantarse y luchar porque "aínda queda algún cacique por estas terras enxebres, e temos que acabar con eles". En aquella década de los 70 "para los 8.000 emigrantes gallegos de Berna, sólo había Dios y Ana Kiro", aseguró la locutora Isabel Vázquez, tras recordar que ella descubrió de pequeña y en Suiza a Rosalía de Castro gracias a la voz de la hija predilecta de Arzúa.
Cubierta de un abrigo negro de pieles y utilizando su bufanda naranja como paño para enjugar las lágrimas, la folclórica curtida en mil y una de verbenas y programas de talk-show simplemente asentía con la cabeza. Aún sumergida en un largo combate contra el cáncer, no hay planes inmediatos de regreso al escenario o a un plató de televisión. Pero ayer, aseguró la cantante, el retorno entre los suyos de la tierra del queso y de la miel fue suficiente para estar, de nuevo, "loca de alegría". "Yo siempre me presento como hija de Castañeda, Arzúa, A Coruña", presumió.
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