La oposición tailandesa batalla con la policía en los aeropuertos

La escalada de tensión, violencia y protestas que sacude Tailandia se recrudeció ayer en la capital del país, Bangkok, donde la explosión de una granada hirió a al menos a 46 personas que se manifestaban ante las oficinas del primer ministro, Somchai Wongswat, al que la opositora Alianza del Pueblo para la Democracia (PAD) pide la dimisión.

Ante el cariz que están tomando los acontecimientos, el Gobierno español decidió anoche enviar a tres aviones para repatriar a los ciudadanos españoles atrapados en Bangkok.

Poco antes de la explosión de la granada, los militantes de la PAD habían atacado a las fuerzas policiales que acordonaban el área que rodea al aeropuerto, ocupado por los opositores desde el martes. Los militantes se lanzaron con un convoy de furgonetas y coches contra un puesto policial vigilado por unos 150 agentes en la principal carretera de acceso al aeropuerto. La policía evitó la confrontación, retirándose rápidamente, mientras los manifestantes trataban de atacarles con palos de hierro y madera, y hondas. Una decena de vehículos policiales quedaron destrozados.

El bloqueo de los manifestantes -que también han ocupado el aeropuerto de vuelos domésticos de Bangkok- está asfixiando un país que recibe 14 millones de visitas al año. Miles de turistas han sido afectados por el bloqueo. El Gobierno tailandés ha organizado un puente aéreo desde una base militar a unos 150 kilómetros de la capital, que está trasladando unos 400 turistas diarios.