"Que le cobre la gran duquesa"

-Ya me he decidido. Me voy a llevar este collar.

-Pues pase, que le quita el precio y le cobra la gran duquesa.

Ni asomo de perplejidad en la cara de la clienta. Como si uno se encontrara todos los días a grandes duquesas ejerciendo de cajeras. Pero es que el diálogo se producía ayer por la tarde en la caseta que tiene Rusia en el tradicional Rastrillo benéfico de la asociación Nuevo Futuro. Un mercadillo que cumple 40 años y que en esta edición reúne más de 80 puestos de antigüedades, ropa, regalos, alimentación de lujo y hasta lectura del tarot. La gran duquesa, María Romanov, parecía estar en su salsa: "Me encanta poder vender y charlar con la gente", decía risueña. Como ella, 1.200 voluntarios, la mayoría señoras de la alta sociedad, se ponen el mandil hasta el día 30 para atender a los compradores.

La crisis tampoco perdona al Rastrillo, tradicional avanzadilla de las compras navideñas con las que la asociación recauda fondos para los niños que acoge en sus hogares. "No se nota en la participación, que sólo ha bajado un 2% respecto al año pasado, pero la gente está comprando cosas más baratas", aseguraba la marquesa de la Vega de Anzo, vicepresidenta de Nuevo Futuro.

Desde un juguete de plástico a 50 céntimos hasta antigüedades a 3.000 euros, en el Rastrillo se encuentra prácticamente de todo. La novedad -y el furor- de este año es Quinta Avenida, un puesto de ropa y complementos de marcas como Dior, Armani, Loewe, Ungaro... Todo donado. "Hemos pedido a conocidas nuestras que miren en sus armarios y nos den cosas que no se ponen", contaba Rosa, una de las encargadas. Gangas como un conjunto de Loewe para ir de caza a 150 euros. Seguro que alguien encuentra la ocasión de ponérselo.

Rastrillo. Pabellón La Pipa de la Casa de Campo. De 11.00 a 22.00. Hasta el día 30. Entrada: 5 euros.