Europa busca una acción común contra el fraude
El plagio, la falsificación en la investigación y la manipulación de datos, es decir, las conductas que se engloban bajo la definición de malas prácticas científicas, están reguladas en EE UU por una legislación federal que contempla, incluso, sanciones acordes a la gravedad de los casos, pero Europa no tiene aún un marco coordinado equiparable. Precisamente con el objetivo de fijar tal marco común se ha celebrado en Madrid una reunión de trabajo de 50 expertos internacionales, organizada por el CSIC.
"Unas 80 instituciones pertenecientes a la Fundación Europea de la Ciencia [ESF] tienen códigos para prevenir la mala práctica científica, pero pocas tienen mecanismos de actuación como en EE UU", comentó ayer John Marks, director de ciencia y estrategia de la ESF. Él apuntó la necesidad de avanzar en esta línea también por el incremento de las colaboraciones internacionales. "¿Si se da un caso de fraude en esos grupos, quién debe actuar?" señaló.
En España "estamos en una etapa inicial del proceso", afirmó Juan José Damborenea, vicepresidente adjunto del CSIC, quién apuntó que la nueva ley de la ciencia regulará este asunto, "y los organismos de financiación tienen que estar implicados", dijo. Además, la investigación en España está creciendo, "y puede haber un mayor impacto de las malas prácticas", señaló Pere Puigdomenech, del comité de ética del CSIC. Muchas instituciones tienen sus reglamentos de conducta, pero no hay una normativa única.
Sanciones
Un tema debatido es si hay que fijar un sistema de sanciones como en EE UU. "El máximo castigo para el científico que haya cometido una falta grave de mala práctica consiste en negarle fondos de cualquier agencia federal de investigación durante cinco años", explicó Christine C. Boesz, de la Fundación Nacional de la Ciencia estadounidense. Cinco años sin dinero para investigar es mucho tiempo, incluso para truncar la carrera del científico tramposo, puntualizó.
Damborenea y Marks defendieron la prevención en las etapas de educación y formación. "No se puede tolerar, por ejemplo, que los alumnos incorporen en sus trabajos fragmentos extraídos directamente de Internet", señaló Damborenea, porque eso es el caldo de cultivo de futuras conductas fraudulentas.
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