Las cajas estiman que amortizarán el coste total de la fusión en dos años

Juan José Ibarretxe fue ayer especialmente crítico con la postura del PSE-EE contraria a la fusión de BBK y Kutxa al considerar que responde a una "política en minúsculas" y guiada por "cálculos electorales". El lehendakari considera "de enorme trascendencia" para la economía y la sociedad vasca la fusión de las dos cajas y lamenta que dicho proceso esté "incompleto" por no haberse incorporado la alavesa Vital.

Ibarretxe aprovechó para evidenciar las contradicciones internas de los socialistas y, en este sentido, recordó las recomendaciones del Banco de España, del comisario europeo Joaquín Almunia y del propio Gobierno de Zapatero, "que estiman indispensables las fusiones en España, pero no las que se plantean en Euskadi", dijo.

En relación a las posiciones de los partidos, quiso hacer una llamada a la "responsabilidad" porque no pueden estar preocupados "sólo por las elecciones" en "un momento tan delicado". Ibarretxe indicó que, si se mantiene esa senda, puede hacerse "inmensa" la sima entre política y sociedad.

En el lado contrario, el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, aseguró ayer que, con la operación de fusión, la BBK "se va a comer a la Kutxa" mientras los alaveses "se han librado" gracias a "la posición del PP" y a la "movilización" de la sociedad del territorio alavés. Oyarzábal reiteró en declaraciones a ETB su convicción de que las decisiones "sobre el dinero de los guipuzcoanos se van a tomar en Bilbao".

En su opinión, esta integración entre las cajas vizcaína y guipuzcoana "nace coja", porque "una fusión que va a poner en marcha un proyecto financiero de estas dimensiones tendría que salir con un apoyo mucho más importante y un consenso político". El dirigente popular pronosticó "mucho futuro" a la Caja Vital porque "tiene una confianza de la mayoría de los alaveses"

- Garantías de estabilidad. Los trabajadores de la entidad fusionada, en torno a los 6.000, tienen garantizada la estabilidad laboral.

- Sin traslados forzosos. El acuerdo rechaza de manera explícita los traslados forzosos y los ERE y asegura el puesto de trabajo incluso para los 400 empleados de las empresas externas que mantienen las redes informáticas. Se aplicará la política de movilidad de la Kutxa, que es más favorable.

- Homologación salarial. El acuerdo valida la homologación salarial en dos años. Mientras tanto, unifica la jornada en las 1.560 horas de la BBK (50 menos que en la Kutxa). A la espera de que haya un convenio de la entidad fusionada, a quienes se integren en la nueva caja se les aplicará el de la BBK.

- Prejubilaciones. Al no haber excedentes laborales, las prejubilaciones afectarán a unas 300 personas: los nacidos entre 1949 y 1950, y a aquellos a quienes, en los dos próximos años, la suma de su edad y sus años de servicio dé como resultado 100.

- Gratificación especial. Todos los empleados cobrarán en 2010 una gratificación de 1.250 euros por las molestias y sobreesfuerzos de la fusión.

- Aportación a EPSV. Se mejora un 5% la aportación de los empleados de la BBK al fondo de pensiones, pero un 50% las de los de la Kutxa. En total, siete millones anuales