Coches retirados, un oscuro objeto de trapicheo

Hileras de vehículos estacionados al aire libre que van perdiendo su valor con el tiempo. Soportan lluvia y polvo, se llevan algún que otro roce y es más que probable que su dueño no los reclame porque vive en otro país o la factura de la estancia en el depósito municipal parece más el recibo de una hipoteca que el de un servicio público. Los coches en depósito municipal, normalmente retirados por la grúa por estar mal aparcados o abandonados, son una golosina a la que es difícil resistirse.

"Resultan muy atractivos porque se convierten rápido en dinero y es difícil seguirles la pista", explica un inspector que ha dirigido varias investigaciones de esta modalidad delictiva en la última década. La dejadez de las administraciones a la hora de controlar el funcionamiento de los depósitos municipales, tampoco ayuda. "Con hacer un control riguroso de cada uno de los vehículos que entra en un depósito se lograría mucho", dice.

"Es un mundo extraño, oscuro, falto de control", aporta un inspector jefe veterano. La privatización del servicio de retirada y depósito facilita, según este agente, la comisión del delito.

En los últimos años, al menos tres de estas investigaciones -en Marbella, Benalmádena y Estepona- se han fraguado en la Costa del Sol. Las artimañas para escamotear los vehículos pasan por subastas irregulares de vehículos, tasaciones a la baja o duplicado de matrículas. Casi siempre terminan por salpicar a la Policía Local.

En Marbella, se subastaron de forma irregular unos 500 vehículos entre 2000 y 2005, según la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco). El ex jefe de la Policía Local, Rafael del Pozo, y el subinspector Juan Esteban Saborido están acusados de tejer una red que adjudicaba vehículos retirados por la grúa municipal a la empresa que gestionaba el depósito de vehículos y a miembros del Consistorio como la ex alcaldesa Marisol Yagüe, que usaba un BMW X5. Las subastas se realizaban de forma casi secreta y los vehículos salían a la puja por precios muy inferiores al real.

El caso de Benalmádena, en el que está implicado el ex jefe de Policía Local Lázaro Bañasco, explotó en verano de 2007 y continúa en instrucción. La Guardia Civil investiga si se ocultaba el hallazgo de vehículos robados a sus dueños para después sacarlos a concurso y que fueran adjudicados al Ayuntamiento o a terceras personas. La deuda acumulada por los coches en el depósito es una de las claves para conseguir que las subastas siguieran desiertas. Tres de esos coches -un Audi A3, un Volkswagen Golf y un Audi A6- eran utilizados por el grupo de agentes de paisano en sus investigaciones y un cuarto, de gran cilindrada, por el ex jefe de la Policía Local. El ex alcalde de la ciudad Enrique Bolín, también ha sido imputado.

La investigación de Estepona tiene apenas un mes de vida. La Policía Judicial trata de averiguar la forma en la que una serie de vehículos salieron del depósito municipal, en el que también se custodian coches intervenidos judicialmente. Hasta hace dos semanas, habían localizado ocho, entre los que hay un Rolls Royce y un Jaguar, e investigan la forma en la que llegaron a estar a la venta en portales de Internet y un concesionario de ocasión de Sevilla.