Europa camina marcha atrás
La eurozona entra en recesión por primera vez en su historia
La pandemia ha llegado a Europa. El virus de la crisis económica mundial causa estragos. Tras contagiar a Estados Unidos y Japón, la infección en la economía llega a Europa, que padece su virulencia. El pasado viernes la oficina estadística europea (Eurostat) publicó el dato que certifica la enfermedad en la zona euro. El producto interior bruto (PIB) de los 15 países que usan la moneda única retrocedió un 0,2% durante el tercer trimestre del año y encadena dos trimestres con crecimiento negativo. Entre abril y junio la economía de la zona euro también se redujo otro 0,2%. El frenazo alemán supone un pesado lastre para Europa. La primera economía del continente ha entrado en recesión y arrastra con ella al resto de la Unión.
La crisis de Alemania supone un pesado lastre para el continente
Muchos países critican la tibieza del Banco Central Europeo
Desde la unión estadística de 1995 la economía nunca ha retrocedido
Los Veintisiete se salvan, de momento, de esta recesión global
El panorama no es halagüeño porque rompe varios hitos. Se trata de la primera recesión conjunta de Europa desde la creación en 1999 de la Unión Económica y Monetaria (UEM). Atrás queda la imbatibilidad de los países de la zona euro. La moneda única fue concebida como un bálsamo económico que hasta ahora había demostrado un gran nivel de estabilidad en la economía de la zona. La fortaleza que aporta la unidad no ha escapado de la crisis.
No hay registros para hallar otro frenazo semejante en Europa. Desde que hay estadísticas unificadas, en 1995, la economía de los países que comparten el euro nunca retrocedió. El único hecho comparable se produjo en 2003 cuando el PIB de los países del euro se estancó. Entonces, Europa no retrocedió, sólo se detuvo.
En términos anuales la situación también es preocupante. La evolución anual de la actividad en el Viejo Continente se mantiene positiva, pero esta tendencia se está invirtiendo a marchas forzadas. Durante el tercer trimestre, la eurozona creció un 0,7% respecto al mismo periodo del año pasado. Pero, la mitad que durante el segundo trimestre, que avanzó un 1,4%.
El producto interior bruto de toda la Unión Europea (UE) también ha caído un 0,2% durante el tercer trimestre del año. Aunque los Veintisiete se salvan, de momento, de caer en recesión técnica (dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo), ya nadie duda en hablar de recesión global.
El desplome de la Bolsa estadounidense por la crisis de las hipotecas basura en septiembre del año pasado fue la espita que desencadenó un huracán financiero que ha arrasado los mercados mundiales. La caída de gigantes financieros como Northern Rock en Reino Unido o Lehman Brothers en EE UU han provocado el pánico financiero a uno y otro lado del Atlántico y ha originado una crisis de liquidez sin precedentes. Y eso debilita cualquier economía. La situación está agravada por el ajuste en el sector de la construcción en varios países en un momento en que la demanda externa se está desplomando. Esta depresión ha pillado a muchos países europeos en el final de su ciclo económico y ahora tienen dificultades para reactivar su economía.
Los síntomas de la crisis en Europa son evidentes. La locomotora alemana ya no avanza. Su economía retrocedió un 0,5% entre julio y septiembre. Su recesión es la más profunda desde 1996. No es un caso aislado. Italia y Estonia también padecen una recesión técnica. Y otros países como Francia o España se escapan por los pelos.
Los nubarrones han alcanzado a Italia. La economía del país transalpino retrocedió un 0,4% entre abril y junio y otro 0,5% entre julio y septiembre. Dos trimestres negros. Estonia también pertenece al club de los caminan hacia atrás desde hace seis meses. Su economía cayó un 0,8% durante el segundo trimestre y un 1% en el tercero. Irlanda está a punto de colgar el cartel de recesión. Sólo el retraso en la publicación de sus datos estadísticos impide oficializarla. Durante el segundo trimestre ya retrocedió un 0,5%.
Ningún país europeo escapa a esta tendencia. Los números rojos van tiñendo las estadísticas de las grandes economías del Viejo Continente. Reino Unido, España, Holanda y Hungría caminan marcha atrás. En tan sólo un año han desaparecido las perspectivas optimistas y las abultadas cifras de crecimiento económico.
Holanda no crece. La economía holandesa está estancada desde hace seis meses. La oficina de estadística holandesa (CBS) anunció que el crecimiento en el país fue nulo (0%). Esto le sirve para escapar de la recesión técnica, pero casi no hay esperanzas de evitarla en los próximos trimestres. España también se ha salvado de momento de una recesión que parece inevitable tras el retroceso de un 0,2% durante el tercer trimestre.
Los nuevos Estados miembros (República Checa, Chipre, Lituania y Eslovaquia) han mantenido la actividad. Aunque pronto el virus que ha contagiado a Europa hará mella en sus economías.
La Comisión Europea (CE) predijo hace un mes la caída del crecimiento y estima una contracción de la economía en la zona euro del 0,1% para el próximo año. Bruselas aleja hasta 2010 la recuperación económica. Para entonces calcula un avance económico del 0,9%. Los datos de la OCDE no son muy diferentes. Según el organismo internacional, la economía de los países más industrializados también entrará en recesión el próximo año. Y ello pese al efecto balsámico del descenso de los precios.
La inflación en la eurozona bajó por tercer mes consecutivo en octubre, hasta el 3,2%, lo que supone una rebaja de cuatro décimas respecto a la registrada el mes anterior. En la Europa de los Veintisiete este dato alcanzó en octubre el 3,7%, cinco puntos menos que en septiembre. En la rebaja de los precios ha influido el abaratamiento del petróleo, que ha caído más del 60% desde julio. También lo ha hecho el descenso de los tipos de interés. El Banco Central Europeo (BCE) ha reducido el precio del dinero en dos ocasiones desde octubre, hasta el 3,25%. Aunque algunos países han criticado la tibieza del presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, para enfrentarse al virus que contamina Europa. Muchas voces le han pedido una mayor reacción que alivie los males del Viejo Continente. Un remedio que parece que llegará en diciembre.
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