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La fiscalía acredita 15 años de relación entre ETA y las FARC

Acusa a cinco etarras de conspiración para homicidio terrorista

La banda terrorista ETA y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han mantenido contactos más o menos intensos desde 1993. Así lo asegura el fiscal en su querella contra cinco presuntos etarras, a los que acusa de pertenencia y colaboración con banda armada y conspiración para cometer asesinatos. El escrito, basado en la investigación de los discos duros de los ordenadores incautados al número dos de las FARC, Luis Edgar Devia, Raúl Reyes -muerto en una operación militar colombiana el 1 de marzo-, recoge cursos sobre manejo de explosivos compartidos por miembros de ambas organizaciones y 21 correos electrónicos que evidencian su relación.

Los acusados son Iñaki Domínguez Atxalandaburo, José Ignacio Etxarte, José Ángel Urtiaga, Arturo Cubillas y una quinta persona que responde al sobrenombre de Martín Capa. Este último y Domínguez Atxalandaburo impartieron en la selva colombiana un curso a 20 guerrilleros de ese país sobre el manejo de C4, un explosivo de mayor poder destructivo que la dinamita y fácil de encontrar en la vecina Venezuela. Domínguez Atxalandaburo fue el encargado de enseñar "la utilización de teléfonos móviles como mecanismo iniciador de las cargas explosivas", relata el fiscal.

José Ángel Urtiaga, responsable del colectivo de militantes de ETA en Cuba, fue, según la fiscalía, el interlocutor con el grupo guerrillero colombiano después de que la organización terrorista vasca decidiera "el establecimiento de relaciones oficiales con las FARC" en noviembre de 1999.

Ese mismo año, en la operación antiterrorista en la que fue detenido José Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, se descubrió un archivo informático que mostraba cómo el refugio de las FARC en la selva fronteriza entre Venezuela y Colombia sirvió a terroristas de ETA como lugar de entrenamiento con explosivos y armas. José Ignacio Etxarte, deportado a Cabo Verde por Francia en 1986 y que luego se refugió en Cuba, pidió permiso a ETA "para efectuar pruebas en Venezuela con un artefacto explosivo de 40 kilogramos", según el escrito.

La querella recoge también 21 correos electrónicos entre mandos de las FARC, hallados en los ordenadores de Raúl Reyes, que confirman la existencia de los cursos. Los colombianos usaron esa relación para que ETA les ayudara a localizar en España al ex presidente colombiano Andrés Pastrana y al vicepresidente actual, Francisco Santos, entre otros.

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