El doble trasplantado de brazos doblará el codo en unas semanas
"Estoy muy bien", indicó Diego Jiménez al recibir ayer el alta en La Fe
Diego Jiménez, la segunda persona del mundo a la que se le han trasplantado los dos brazos, recibió ayer el alta en el hospital La Fe de Valencia, aunque tendrán que pasar dos años hasta que recupere la movilidad suficiente para poder llevar una vida autónoma. "Estoy muy bien, siento una alegría muy grande", comentó al salir del centro en el que entró el pasado 30 de noviembre, cuando fue intervenido -en una operación que se prolongó durante 11 horas- al aparecer un donante de sus características.
El cirujano Pedro Cavadas, responsable del proceso quirúrgico, explicó que el paciente podrá comenzar a doblar los codos en pocas semanas y que, al término del largo proceso de rehabilitación que ahora comienza, llegará a hacer el movimiento de la pinza con los dedos, aunque "con poca fuerza". También prevé que alcance "alguna destreza con las manos, pero sin precisión". Cavadas explicó que debido al nivel de incapacidad y las limitaciones que representan tener un brazo amputado al nivel del húmero y otro (el izquierdo) a la altura del codo, "era razonable asumir los riesgos" que implica una intervención de este tipo, la primera que se practica en España. Este mismo médico ya había realizado operaciones similares de trasplante de manos o de extremidades a la altura del antebrazo, pero ninguna que incluyera los codos. La evolución prevista para este paciente es similar a la que han seguido los otros intervenidos por Cavadas.
"Era razonable asumir los riesgos", comentó el cirujano Pedro Cavadas
"En todos los casos hemos tenido episodios de rechazo", comentó el cirujano. Sin embargo, indicó que en contra de lo que sucede con los trasplantes de órganos, con las extremidades, los problemas se detectan rápidamente al ser visibles -frente a un hígado, corazón o un riñón- por lo que la reacción es inmediata y la capacidad de reacción es mucho más rápida.
Pese a estas eventuales complicaciones, Cavadas insistió en la conveniencia de las intervenciones de este tipo: "En cualquier caso, el resultado va a ser mejor que cualquier prótesis". "Si pensamos que es un paciente que necesita ayuda para ir al baño o que le den de comer, que es dependiente 24 horas al día siete días a la semana, y que con un esfuerzo importante médico-quirúrgico de años puede llevar una vida autónoma, habrá merecido la pena", afirmó Cavadas.
Jiménez, de 28 años, se carbonizó los brazos hace algo más de un año tras sufrir una descarga eléctrica. Los trasplantes se han practicado a la altura del húmero y, como sucede en todo trasplante, el paciente tendrá que someterse a un tratamiento inmunosupresor para evitar el rechazo de por vida. El único precedente que existe de una intervención similar tuvo lugar en agosto en el hospital de la Universidad Técnica de Múnich.
El cirujano comentó que entre sus proyectos futuros se encuentra practicar un trasplante de cara, para el que ya existe un paciente seleccionado por su equipo. Cavadas indicó que el proceso se encuentra paralizado a la espera de que la Organización Nacional de Trasplantes consiga un donante.
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