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La lentitud en expedir visados frena el turismo chino hacia Barcelona

El año pasado visitaron Barcelona 25.000 ciudadanos chinos. Apenas nada diluidos en los 7,5 millones de turistas que llegaron en ese mismo año. Pero podrían ser más, muchos más, si los servicios de la Embajada de España que expiden visados funcionaran medio bien. Turismo de Barcelona estima que los turistas de China con destino a Barcelona se multiplicarían por seis. No se trata de un dato que desdeñar en tiempos de vacas flacas.

Para el próximo año, Pere Duran, responsable de Turismo de Barcelona, calcula que habrá menos visitantes: "Los europeos se quedarán en sus países", dice. De ahí que Barcelona haya programado una campaña para atraer visitantes, sobre todo de España, con atención principal a Madrid y Andalucía.

En Barcelona, el turista que más gasta es del grupo BRIC, iniciales de los cuatro países de los que proceden: Brasil, Rusia, India y China. Los que más gastan son los rusos. Los chinos son los segundos. De ahí que ayer el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y el equipo que le acompaña en su visita a China dedicaran parte de su tiempo en Shanghai a trabajar en el fomento del turismo chino. En la misma línea hay que incluir la visita a las instalaciones en construcción de la Expo que se celebrará en 2010 y donde Barcelona estará representada individualmente y a través del pabellón de España.

En China hay unos 130 millones de millonarios, es decir, el 10% de la población. Todo un éxito del comunismo, porque en los países europeos el capitalismo no genera el mismo porcentaje de millonarios. Bien es cierto que ese grupo de adinerados comparte el país con otros que carecen de asistencia sanitaria pública. Pero los chinos en los que se fija el área de promoción turística de Barcelona son los ricos, los que viajan y gastan. El perfil del chino que viaja a Barcelona como turista es el de una persona con alto poder adquisitivo que se aloja en hoteles de calidad y acude a restaurantes preferentemente chinos, dejando muy de lado la gastronomía catalana. Sus intereses principales son el fútbol, sobre todo el Barça, y los toros. Luego están las apetencias culturales.

Muchos de ellos entrarían en Europa por España, pero el problema de los visados hace que opten por otros países con un servicio exterior más eficiente o mejor dotado, sobre todo Francia y Alemania.

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