Cuba hace frente al tercer gran huracán en dos meses

La pesadilla en Cuba continúa. El centro y el oriente del país están en estado de alerta máxima por la llegada del huracán Paloma, tan sólo dos meses después de que los ciclones Ike y Gustav arrasaran la isla dejando siete muertos y pérdidas de 8.600 millones de dólares, un duro golpe para la frágil economía cubana. Paloma tiene categoría cuatro de un máximo de cinco, y sus vientos superan los 220 kilómetros por hora, por lo que se temen graves daños.

El pronóstico, ayer, era que cruzará la isla de sur a norte durante la madrugada de hoy [alrededor de la siete de la mañana en España] por un punto entre las provincias de Camaguey y Granma, severamente castigadas por Ike en septiembre. Cientos de miles de cubanos ya han sido evacuados y se han suspendido todos los vuelos nacionales y la circulación de trenes, además de desmovilizarse a todos los estudiantes becados en zonas rurales.

Cuando todavía miles de personas siguen sin techo, las labores de recuperación para enfrentar las secuelas del anterior ciclón se han detenido. Ahora se corre el riesgo de que Paloma devaste las infraestructuras que resistieron el paso de Ike.