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El creciente peso de las minorías marca el futuro mapa electoral

Los candidatos deben plantear programas que trasciendan la división racial

Mónica Ceberio Belaza

Que la victoria electoral de Barack Obama tiene una trascendencia histórica para los negros en Estados Unidos es una evidencia. Pero no son los únicos en vivir con una especial intensidad la elección de un presidente diferente de los que habitualmente aparecen en los billetes de dólar. También los hispanos, asiáticos, polacos, griegos o rusos, entre otros muchos, ven nuevas oportunidades en la elección de Obama. El melting pot (mestizaje) del que tanto se ha enorgullecido históricamente EE UU se consolida no sólo en las calles, sino en la cúspide del poder.

Las minorías raciales y culturales que han estado convencidas durante muchos años de que sólo los hombres blancos podían dirigir el país han votado esta vez por uno de los suyos. Un hijo modelo del melting pot, con madre de Kansas y padre keniano, educado en Indonesia y casado con una mujer negra de Chicago.

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Un grupo emergente, los hispanos, ha contribuido de forma fundamental a la victoria de Obama en tres Estados importantes que votaron a George Bush en las elecciones de 2004: Nevada, Colorado y Nuevo México. "La victoria de Obama es un gran indicador de la importancia e influencia que tiene el voto latino", dijo Janet Murguia, presidenta del Consejo Nacional de la Raza.

En el Diario de las Américas, la columnista Uva de Aragón señalaba que "la era de Reagan ha terminado y ha comenzado otra distinta, en la que los protagonistas han sido una formidable coalición de afroamericanos, hispanos, jóvenes y mujeres. Barack Obama es el salto al siglo XXI".

La América interracial va en aumento. Las proyecciones del censo prevén que en 2042 los blancos no hispanos dejen incluso de ser mayoría en el país. En estos momentos constituyen el 65% de la población frente a un 15% de hispanos, un 12% de negros y un 4% de asiáticos. En total hay más de 108 millones de personas que pertenecen a alguna de estas minorías.

Dentro de 34 años, según las predicciones, habrá 133 millones de hispanos en Estados Unidos, tres veces la actual población de España. Serán el 30% de la población. Y también se prevé que los asiáticos crezcan de un 4% a un 9%, hasta alcanzar los 41 millones. Los negros mantendrán a grandes rasgos su proporción dentro de la población, según las proyecciones del censo.

A lo largo de toda la campaña, los seguidores de Obama han repetido que el principal atractivo del candidato es que ha logrado "trascender la raza". El martes por la noche, en Chicago, los que aguardaban el discurso del nuevo presidente electo hablaban del gran logro del candidato: haber conseguido inspirar a mayorías y minorías por igual.

Terry Curtis, de Indianápolis, de 39 años, decía que empezó a darse cuenta de que Obama era especial cuando vio que sus "amigos blancos empezaban a hablar de él con una pasión desbordante". "Al cabo de poco tiempo ya nadie hablaba de que fuera blanco o negro, sino de sus ideas. Ha logrado que los votantes olviden la raza".

La mayor intensidad emocional, de todas formas, se vive sin duda dentro de la comunidad negra. Colin Powell, ex secretario de Estado con George Bush, que había apoyado a Obama, lloró conmovido el miércoles mientras respondía a las preguntas de los periodistas. El icono de la lucha por los derechos civiles John Lewis habló de la "revolución no violenta" que ha triunfado en el país. Y la normalmente glacial Condoleezza Rice compareció el miércoles para hablar, visiblemente emocionada, de su "orgullo" por el gran paso adelante que la victoria de Obama supone en el "largo viaje" de su país para lograr que la raza deje de ser el factor más importante en la vida de cualquier afroamericano.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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