La ciencia, una prioridad social
Las vocaciones científicas están en crisis. Los estudiantes cada vez encuentran menos atractivos en la ciencia, como demuestran diversos sondeos, como el más reciente del Alto Consejo Consultivo de la Generalitat Valenciana, que revela la pérdida de interés por esta área de conocimiento en el ámbito de la enseñanza de secundaria y de bachillerato, como también la reducción notable del número de tesis doctorales. Al mismo tiempo, nuestra sociedad percibe que la utilidad del saber científico le resulta, progresivamente, menos útil para la formación de opinión, las relaciones personales y profesionales, la conducta como consumidor o la comprensión del mundo. Ésta es una de las conclusiones de la última encuesta de la Fundación Española de Ciencia y Tecnología, la cual muestra, a su vez, que nuestra población considera prioritarias para la investigación las áreas de medicina y salud y medio ambiente.
Ni universidades ni administraciones pueden quedarse al margen de este proceso paulatino de desinterés por la ciencia, porque implica una pérdida de cultura, de conocimiento de habilidades para el progreso y, en definitiva, para la competitividad de nuestra sociedad. Por esta razón, uno de los principios de la Universitat de València, recogido en nuestro Plan Estratégico (2008-2011), es la transferencia de conocimientos a través de todos los canales posibles, así como la comunicación fluida entre la comunidad investigadora y la sociedad. Fruto de este compromiso, nuestra entidad académica dispone de una dilatada trayectoria en la promoción de la comunicación científica. De hecho, acabamos de inaugurar la celebración de la décima edición de la Semana de la Ciencia, cuya programación ya se dilata durante todo el mes y sus actividades -dirigidas al público en general, la comunidad universitaria y estudiantes de secundaria y bachillerato- se extiende a todo el territorio valenciano.
Como balance positivo, podemos congratularnos de que durante esta década hemos organizado actividades en las que han participado alrededor de 150.000 personas. Además, hemos destinado más de un millón de euros a acciones de divulgación, fondos conseguidos a través de subvenciones públicas de instituciones como el Ministerio de Ciencia e Innovación o el Gobierno valenciano y privadas, ya que hemos contado con el patrocinio incondicional de Caja Mediterráneo (CAM).
Al mismo tiempo, la Universitat de València cuenta con la cátedra de Divulgació de la Ciència, un gabinete de promoción de la cultura científica creado en 2002 y pionero en el ámbito estatal, y, recientemente, ha impulsado la creación de un gran depósito digital, denominado Roderic, de Recursos Oberts Digitals per a l'Ensenyament, la Recerca i la Cultura. Esta ambiciosa iniciativa, que se pone en marcha con el acceso público a más de 4.000 documentos, forma parte del movimiento Open Access, el cual aprovecha las oportunidades de Internet para la creación, la preservación y la difusión del saber, mientras rechaza la reducción del conocimiento a una mera mercancía. Y, con el fin de garantizar la máxima conexión de los resultados de nuestra investigación con las necesidades sociales, este año hemos puesto en marcha el Parc Científic, en el campus de Burjassot-Paterna, cuyo vivero empresarial ya se encuentra ocupado al 100%.
En este contexto, la Universitat de València da la bienvenida a decisiones como la acordada la pasada semana por el Senado, cuya cámara decidió, por unanimidad, instar al Gobierno español a poner en marcha medidas para mejorar la comunicación de la ciencia a los ciudadanos. Entre otras iniciativas, se solicitaba la elaboración de un manual sobre estándares de divulgación científica, que se debería hacer en colaboración con las comunidades autónomas, las universidades y los organismos autónomos de investigación.
Esta propuesta ha generado un enorme debate en el seno de las organizaciones de comunicadores de la ciencia y periodistas especializados, sin embargo, apenas ha tenido repercusión en los medios de comunicación generalistas, donde, sin duda, existe una asignatura pendiente, un suspenso arrastrado año tras año: la difusión de noticias científicas en cantidad y calidad óptimas.
Las universidades reiteramos, mediante ideas y proyectos, nuestro compromiso en la promoción de la cultura científica. Prueba de ello es la consolidación de la Red de Universidades Valencianas para el Fomento de la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (Ruvid) creada hace ya siete años. Porque la ciencia es cultura y progreso, pero también, una prioridad social.
Esteban Morcillo es vicerrector de Investigación y Política Científica de la Universitat de València.
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