Aceite con marca de calidad

En las mesas de desayuno de los hoteles Hilton o sobre las estanterías de los supermercados de El Corte Inglés. En ambos lugares, y en otros muchos más, Tatiana Hervás y Raquel Rodríguez-Tembleco, dos periodistas metidas a empresarias a través de la firma

SaborSur, han conseguido colocar en el mercado nacional aceites de oliva virgen extra provenientes de almazaras y cooperativas de Jaén, "de pequeños productores, pero de mucha calidad que, de otra forma, habrían tenido difícil salida más allá de su territorio", aseguran.

Sentadas una frente a la otra, pantallas de ordenador mediante, Tatiana y Raquel recuerdan, casi como si de una lejana pesadilla se tratara, los días en los que, trabajando en la misma agencia de comunicación, una baja por enfermedad o el planteamiento de una maternidad, como la que ahora lleva adelante Tatiana, eran fuente de problemas laborales. De ahí la idea de intentar el trabajo por cuenta propia. Es más, aún estaban en la agencia cuando, aprovechando horas libres y días festivos, comenzaron a fraguarlo. "Nos levantábamos a las cinco de la mañana para ser las primeras en la ventanilla y, después, poder ir a trabajar. O, aprovechando tardes y fines de semana, viajábamos a Jaén en busca de productores. Era tanta la ilusión que en lo que menos pensábamos era en horarios o en ahorro de esfuerzos", dicen.

Con una inversión inicial de 4.000 euros, hoy facturan 300.000

De esta manera, es como dieron con su primer proveedor, "una cooperativa de Ibros, junto a Baeza. La más pequeña de Andalucía, pero con un aceite excelente. Justo lo que estábamos buscando". Y eso fue el comienzo de un aprendizaje que continúa hoy: "Aquel producto nos llevó a otro y luego a otro, y en cada paso veíamos lo que nos faltaba y cómo podíamos mejorar".

Arrancando de una tradición familiar enraizada en la producción olivarera, las dos amigas y socias apuntaban, y cargaban con sus propias manos, pedidos y más pedidos. "Entre las dos hemos hecho palés de hasta mil kilos. Teníamos poco dinero, así que hacíamos todo nosotras, desde las cestas de Navidad a las fotografías de la página web", recuerdan.

Poco a poco, Tatiana y Raquel fueron formándose en un mundo del que querían saber todo para poder ofrecer lo mejor y para evitar caer en las garras de timadores. Al final, eliminando intermediarios, trabajando con precios ajustados y cumpliendo sus compromisos por encima de todas las cosas, las propietarias de SaborSur fueron haciéndose con un hueco en el mercado.

Han pasado ya dos años desde que dieron de alta su empresa y ya ha quedado en su recuerdo aquel pequeño almacén, muy a las afueras de Madrid, con el que comenzaron. "Afortunadamente hemos podido externalizar las tareas que no eran estrictamente comerciales: contabilidad, almacenaje, informática, reparto...". Pero eso no quiere decir que las tengan desatendidas: "Para nosotras es vital que todas y cada una de las botellas, garrafas y latas que repartimos lleguen en perfectas condiciones a nuestros clientes", aseguran.

Y así, gastando sólo lo justo, sin miedo a las jornadas sin reloj y con una enorme fuerza de voluntad, las dos emprendedoras fueron dando forma a su sueño hasta verlo materializado en una imagen de marca que se distribuye por toda España. Todo ello partiendo de una inversión inicial de 4.000 euros y alcanzando en dos años de actividad una facturación de unos 300.000 euros. -