Desterrados por ricos
Los habitantes marroquíes de Vilaboa son los hijos pobres de una tierra riquísima. Nacieron sobre el subsuelo de la provincia de Khouribga, que atesora las tres cuartas partes de las reservas mundiales de fosfatos. Pero el preciado yacimiento es explotado por la empresa estatal Office Chérifien des Phosphates mientras la población vive en la miseria. "La raza maldita es la de los pobres", sentencia la mediadora cultural del Ayuntamiento.
Los primeros hombres de esta provincia llegaron a Vilaboa en los 90 para dedicarse a la venta ambulante y en 2000 empezaron a llegar sus familias. Los motivos de que eligieran esta localidad no están claros pero el Ayuntamiento apunta a sus buenas comunicaciones y a que la zona acoge muchas ferias. Ahora ya arriban mujeres solas y tanto las unas como los otros trabajan en fábricas, en el puerto, en la construcción. Después de tanto tiempo, sin embargo, sólo se han celebrado dos matrimonios mixtos.
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