Plan de Bolonia
Estos días varios jóvenes se han unido en manifestaciones y, cómo no, la gran mayoría de la sociedad lo ha visto como una manera más de agarrarse a un clavo ardiendo para no ir a clase.
Es cierto que muchos de los alumnos que no asistieron a las aulas no sabían de qué iba esto del Plan de Bolonia, pero por ello no hay que generalizar ya que los que acudieron a la manifestación en vez de quedarse en la cama, tenían (y tienen) todo el derecho del mundo a quejarse porque es evidente que la creación de una convergencia educativa en Europa es positiva para un futuro intercambio de titulados en los países europeos.
Sin embargo, han dejado cabos sueltos... ¿qué hay de nosotros? Los estudiantes somos los verdaderamente afectados por este plan que, llevando aprobado desde 1999, está previsto que finalice en 2010. Está muy bien eso de pensar en un consenso entre naciones (Unión Europea), con una moneda común (el euro) y una futura base educativa común (Espacio Europeo de Educación Superior), pero... ¿qué será lo siguiente, una única lengua común?
Creo que el hecho de privatizar las universidades no nos beneficia por muchas becas que nos presten. En mi opinión, la educación está infravalorándose día a día, pues ya no consiste en transmitir conocimientos, sino en mercantilizar la sociedad. Ahora sólo importan la política y el dinero.
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