Guipúzcoa fía su reforma fiscal a la "responsabilidad" de PSE y PP

"El tipo general del 28% es el único posible" para aprobar el Impuesto de Sociedades en Guipúzcoa, sostuvo ayer el diputado de Hacienda, Pello González: "No cabe otra opción; dígame una fórmula diferente", le instó al juntero socialista Julio Astudillo. La matemática parlamentaria en este territorio da para otras soluciones, pero el gobierno foral (PNV-EA) sólo contempla rebajar el impuesto que grava los beneficios de las empresas al 28% para igualarlo con el vigente en Vizcaya y Álava. A dos meses de que expire el ejercicio, plazo máximo para cambiar la norma que regula el Impuesto de Sociedades, los nacionalistas aún tienen en el aire los apoyos necesarios para sacar adelante la reforma fiscal.

González compareció en las Juntas Generales para explicar el contenido del nuevo impuesto que pretenden aprobar. Sin cerrar aún ningún acuerdo con los partidos de la oposición, aprovechó la ocasión para tender puentes y dirigirse en un tono muy conciliador a los representantes del PSE y del PP.

El diputado, que no ocultó la mala imagen que han dado su partido (EA) y el PNV en este asunto, apeló a la "responsabilidad" de socialistas y populares para zanjar el debate y sancionar un tipo del 28% para las empresas. Su invitación no encontró ninguna complicidad en las respuestas.

Regina Otaola, portavoz popular, insistió en que el 28% es un tipo "alto" y lamentó la "falta de valentía" para bajarlo hasta el 20%, como defiende ahora su partido. "Todavía no podemos decir si lo vamos a apoyar", añadió, poniendo suspense a su voto. La abstención de los seis representantes del PP sería suficiente para aprobar la reforma.

Astudillo afirmó que el proyecto del PNV y EA "no está pensado para solucionar los problemas de Guipúzcoa, ni para hacer frente a la crisis, sino para resolver los problemas políticos del gobierno foral". El juntero socialista criticó a los responsables de la Hacienda por "llevar al Boletín [Oficial de Guipúzcoa] lo que quiere Adegi" y lamentó la falta de "estabilidad" de las reformas fiscales y que los cambios se produzcan "siempre a finales de año".

González explicó que con el proyecto que está en tramitación el erario perderá 11,3 millones de euros respecto al decretazo aprobado en diciembre pasado y 117 millones en relación a la norma en vigor en Guipúzcoa, que fija un tipo del 32,6%.