La Cañada Real se queda fuera de los planes
Gallardón y Aguirre aseguran que no es competencia suya
La nota de prensa del Ayuntamiento fue entregada a los medios con un titular centrado. "Adiós al chabolismo". Para que esa frase se cumpla en la fecha de 2011 la única posibilidad era dejar fuera el poblado de infraviviendas de la Cañada Real. El poblado se extiende por terrenos de cinco municipios de la región Madrid, San Fernando, Getafe, Coslada y Rivas-Vaciamadrid y en él viven unas 40.000 personas de varias razas y nacionalidades en asentamientos que van desde chalés adosados a chabolas de chapa y cartón.
Preguntadas ambas partes, la respuesta fue echar balones fuera: que la Cañada excede de su ámbito, que no es su competencia y que, en todo caso, no es un problema de chabolismo sino de "ocupación ilegal del terreno" y de orden público. Un portavoz de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Madrid recordó ayer la postura del consistorio: crear un consorcio entre todas las entidades para poner fin a la Cañada. "Hace más de un año, el Ayuntamiento remitió una carta a la Comunidad, a la Delegación del Gobierno y a los alcaldes de los otros cuatro municipios en la que se les invitaba a conformar este consorcio para solucionar el asunto", subrayó el portavoz, para añadir que aún no han recibido respuesta.
Derribos sin consorcio.
La misma fuente señaló que el Ayuntamiento de Madrid es el único que está actuando. Se refiere a los constantes desalojos y derribos que se producen en la Cañada desde el pasado mes de mayo, que han acabado con 81 construcciones, 15 infraviviendas, un puente y una nave industrial. En las últimas actuaciones, este mismo mes, el Ayuntamiento ha actuado sin orden judicial ya que alega que las viviendas eran nuevas y no estaban habitadas, razón que niegan los vecinos. Algunos han denunciado los hechos.
Por su parte, un portavoz de la Consejería madrileña de Vivienda, de la Comunidad, alega que en la Cañada "hay un problema que excede al concepto de chabolismo, porque hay chabolas pero también urbanizaciones enteras y chalés de ladrillo". A la tipología de las viviendas se suman otras cuestiones. "En la Cañada hay un problema grave de delincuencia y de orden público", lo que hace que el balón vaya al tejado de Delegación del Gobierno. "Técnicamente, no es chabolismo, sino ocupación ilegal de terreno", añade la misma fuente. Todo esto "no quiere decir que la Comunidad de Madrid mire para otro lado", subraya el portavoz regional, que admite que el Gobierno regional "no tiene competencia para resolver el problema".
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