El japonismo ya se llama 'manga'
El Salón del Cómic nipón espera recibir 62.000 visitantes
Los otakus, los fanáticos del manga, no han tenido siempre buena fama en el país nipón. Su gusto obsesivo por los tebeos los convertía en raros para los demás. Ahora ya están mejor vistos. Entre otras cosas porque el nuevo primer ministro japonés, Taro Aso, de 68 años, es un otaku confeso, tal como recordó ayer el cónsul general de Japón en Barcelona, Teruaki Nagasaki, durante la presentación del Salón del Manga (www.ficomic.com), que se celebra en la Farga de L'Hospitalet entre mañana y el domingo.
En cualquier caso, el negocio es redondo porque el otaku de pata negra siente una atracción total por todo lo nipón, desde la gastronomía a la subcultura del karaoke o el cosplay, esa liberación que consiste en disfrazarse de los personajes de papel favoritos de uno. En Europa, ya son legión. De ahí que Nagasaki no dudara en hablar de una segunda ola de japonismo, como la que recorrió el continente en el siglo XIX cuando los pintores impresionistas se quedaron fascinados por las denominadas estampas del mundo flotante (ukiyo-e), que retrataban el ambiente de restaurantes, teatros y establecimientos de geishas de Edo, el Tokio actual. En realidad, forman parte de los primitivos antecedentes de este género de cómic, como se puede constatar en el magnífico volumen ilustrado Mil años de manga (Electa), de Brigitte Koyama-Richard.
Pero los otakus no necesitan guías, porque se conocen a la perfección el universo de viñetas en el que reina Naruto. En está edición del Salón del Manga, podrán encontrarse con algunos de sus ídolos, como el veterano Yoshikazu Yasuhiko, el gran creador de mechas (subgénero de robots humanoides) al estilo de Gundam: The Origin (Norma) y Kaiji Kawaguchi, del que Glénat publica Eagle. La forja de un presidente, un cómic en el que su héroe sigue una carrera similar a la de Obama hacia la Casa Blanca.
En una entrega en la que se concederán por primera vez los Premios del Salón del Manga, también destacan los dos conciertos que ofrecerá JAM Project, grupo japonés que realiza bandas sonoras para series de anime (dibujos animados).
Aunque la tríada actual del fenómeno otaku se compone de manga, anime y videojuegos -como recuerda Carles Santamaría, director de la cita-, hay clásicos que se mantienen, como el cósmico Doraemon, cuyas aventuras empezaron a emitirse en España hace 15 años y que es el protagonista de la exposición más destacada del salón.
Las previsiones de público que maneja la organización son tan desbordantes como siempre y espera recibir más de 62.000 visitantes. Para completar el programa, los concursos de karaoke están convocados en el Poliesportiu del Centre y las proyecciones de anime se podrán seguir en la Sala Barradas, ambos centros muy cercanos a la sede central de la Farga, aunque también funcionará un servicio de mangabus que conectará los tres espacios. Faltan unas cuantas horas, pero ya hay muchos críos y adolescentes que se muerden impacientes las uñas para asistir a su festín anual...
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