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Carreras & capital humano
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Cómo reaccionar ante un caso de acoso

PREGUNTA. Quiero ayudar a una buena amiga que sufre desde hace meses una situación laboral cercana al mobbing, según confirman sus compañeros. Su responsable la menosprecia con comentarios y actuaciones tanto colectiva como individualmente. Intenta permanentemente minar su capacidad de trabajo y desarrollo profesional, anulándola y anotándose los puntos en presencia de altos cargos, sin tener en cuenta a la persona que realmente ha hecho el trabajo. Aunque esto ocurra a diario, ella se ve en la obligación de seguir cumpliendo con su deber con la empresa a pesar de que ha perdido la ilusión y el compromiso adquirido. La acumulación de episodios le han llevado a pedir ayuda externa para que no le siga afectando psicológicamente. En el transcurso de este año su forma de ser, extrovertida y alegre, ha traspasado el área profesional y está afectando a terceras personas. En resumen, no soporta más el vacío que le está haciendo su jefe y quiere buscar soluciones. Una salida lógica sería cambiar de trabajo. ¿Cómo se puede demostrar el acoso psicológico en el puesto de trabajo? A. G. M. Internet

Lo mejor es poner una denuncia en el juzgado y buscar un nuevo trabajo

RESPUESTA. Efectivamente, su amiga está sufriendo acoso laboral o mobbing, una práctica desgraciadamente real en algunas empresas y que causa graves padecimientos personales y profesionales en quien lo sufre.

Por tanto, su amiga debe tener ánimo para enfrentarse a esta situación y pensar que es víctima de un tipo de "maltratador" que, como auténticos psicópatas laborales, busca entre las personas más independientes, populares o insobornables de la empresa para cumplir sus objetivos de destrucción. Es una situación muy difícil y es normal que busque una solución, pero ésta sólo vendrá realmente de la mano de la Justicia.

Tenga en cuenta que el acosador no busca necesariamente que su víctima se vaya de la empresa. Lo que desea es humillarla, degradarla, crear en torno a ella un ambiente hostil e intimidatorio que anule su dignidad.

Que sepa su amiga que jurídicamente puede reclamar la tutela de sus derechos fundamentales, la extinción de su contracto laboral con la indemnización correspondiente y ser compensada, además, por los daños y perjuicios físicos y/o psíquicos.

Pero, obviamente, deberá demostrar la existencia de esta situación. Los tribunales, cuando se presentan estas demandas, necesitan llegar a la convicción de que las circunstancias concretas efectivamente constituyen un caso de acoso laboral. Y para ello necesitan pruebas de que por parte de la empresa, encarnada en un superior de la víctima, se está produciendo un comportamiento continuado, en el lugar de trabajo, que tiene como propósito atentar contra la dignidad de la persona.

Los reiterados menosprecios públicos y privados que usted menciona, la destrucción de los contactos sociales de la persona mediante el vacío a su alrededor, el impedirla que ejerza sus funciones quitándola los medios necesarios para ello, la modificación perjudicial de sus condiciones laborales, la ocultación por parte de otros directivos de las prácticas del acosador o la necesidad de asistencia médica por parte de la víctima, son el tipo de pruebas que los tribunales aprecian a la hora de dictar sus sentencias.

Su amiga tiene que buscar evidencias y testigos y denunciarlo ante la Justicia. Y luego buscar otra empresa en la que pueda desarrollarse profesionalmente.

Emilio Solís es director general adjunto de Hay Selección.

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