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Reportaje:Empresas & sectores

La crisis atempera planes en FCC

Recorta gastos, demora inversiones y recupera el liderazgo en construcción

FCC ha recuperado en 2008 el liderazgo en construcción entre los grandes grupos españoles que había perdido hace un lustro tras la fusión de ACS y Dragados, y en el último mes ha ganado peso en Europa Central y del Este (un contrato ferroviario en Austria por 260 millones de euros y la adjudicación de una autopista en Rumania por 142 millones), se ha hecho con un contrato para abrir una galería de abastecimiento de agua en China (47 millones), ha adquirido una pequeña empresa de tratamiento de residuos en Reino Unido (6,5 millones), se ha adjudicado en consorcio con ACS obras en el metro de Barcelona (1.700 millones) y en el de Madrid (135 millones), y ha cerrado junto a Caja Madrid la compra de participaciones a

Su entrada en energía se limita a la compra de 14 parques eólicos y 2 fotovoltaicos

Acciona en las concesiones madrileñas Ruta de Los pantanos y Tranvía de Parla.

En suma, más crecimiento orgánico de sus negocios que incremento de tamaño por compra de empresas. En EE UU, por ejemplo, está dilatando deliberadamente, a la espera de que se aclare el panorama económico, sus negociaciones para la adquisición de una constructora.

La crisis es un momento de oportunidades, dicen en FCC, pero también de cautela, y por ello el grupo está retrasando algunas operaciones previstas en su plan trienal de inversiones. Y está llevando adelante además, desde la entrada del nuevo equipo gestor, a principios de año, un ambicioso programa de optimización y reducción de costes. Esta misma semana ha anunciado una drástica reducción en el número de consejeros de sus cementeras (Uniland,

Alfa y Lemona), que le van a suponer un ahorro de tres millones de euros; en los últimos tiempos ha reducido también las dietas por asistencia a sus consejos de administración; y desde enero no se ha contratado a nadie y ha reducido mucho su plantilla.

Lo que no es óbice para que su presidente y consejero delegado, Baldomero Falcones, haya afirmado en público que FCC está en una posición privilegiada para sacar provecho al cambio de ciclo y que en unos años va a convertirse en una de las tres empresas más grandes de su sector en Europa.

Diluvia igual para todos, señalan los analistas, pero unos tienen más goteras que otros. FCC no es inmune a la crisis, que golpea su cuenta de resultados y la cotización de sus acciones, pero en menor medida, en general, que al resto de los conglomerados nacionales de construcción y servicios.

El grupo controlado por Esther Koplowitz, que está mucho menos endeudado que sus competidores porque ha desembarcado más tarde y con mucha mayor modestia en el sector de la energía; que es mucho menos dependiente en sus resultados de los dividendos a percibir de participaciones en petroleras y eléctricas; y que cuenta con unos mil millones de liquidez (firmó en mayo un crédito sindicado por 1.225 millones de euros), un bien harto escaso hoy, afronta con relativa "comodidad" un escenario de crisis que, además, "le ha sorprendido pero menos que a otros".

Falcones, no en vano ha sido banquero, barruntaba desde hace meses la tormenta, según sus colaboradores. Cuando presentó el plan estratégico 2008-2010 de FCC, hace casi seis meses, admitió ya que su contenido respondía a una filosofía de "ajustarse el cinturón" y que se había elaborado con la vista puesta en el cambio de ciclo: "Es un plan conservador desde el punto de vista financiero pero ambicioso en términos de crecimiento", señaló.

El objetivo de ese plan es sumar en tres años 5.000 millones al equity value (valor neto agregado) del grupo, que pasaría de 9.000 a 14.000 millones. Para alcanzar esa meta, FCC se ha comprometido a invertir 4.020 millones de forma directa, y 2.000 más a través de sus filiales de infraestructuras Global Vía (50% FCC) y la inmobiliaria Realia (25% FCC).

FCC no ha renunciado a ninguna de estas inversiones, algunas se han hecho ya, pero su materialización se está atemperando a la evolución de la crisis. Así, el propósito anunciado de sumarse al desembarco de las constructoras en el negocio energético casi se ha limitado, hasta hoy, a la adquisición de 14 parques eólicos a Babcock & Brown Wind Partners (420 megavatios con un desembolso de 190 millones y una asunción de otros 690 en deuda) y a la compra de dos parques fotovoltaicos por 140 millones de euros.

Las filiales cementeras de FCC, señalan fuentes del grupo a unas semanas de la presentación de resultados del tercer trimestre, aunque se ven doblemente afectadas por la caída de la demanda doméstica y por el fuerte incremento de su factura energética, están aminorando los efectos de la crisis gracias a un incremento de sus exportaciones.

Realia, según FCC, también se está comportando relativamente mejor que el resto de grandes inmobiliarias gracias a los buenos activos en alquiler de los que dispone en París, Madrid y Barcelona, y a "sus ratios de deuda y de solidez financiera".

La construcción, al menos en agosto, "ha aguantado mejor de lo que pensábamos". Y en servicios, Aqualia, especializada en la gestión integral del agua, ha tomado posiciones en Oriente Medio "donde la inversión prevista en contratos relacionados con su actividad alcanzarán los 40.000 millones de euros en los próximos 15 años".

El presidente y consejero delegado, Baldomero Falcones, en un acto de presentación del Plan Estratégico 2008-2010 de FCC.
El presidente y consejero delegado, Baldomero Falcones, en un acto de presentación del Plan Estratégico 2008-2010 de FCC.LUIS SEVILLANO

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