El recurso a las autocarteras
Últimamente ha aumentado la compra de sus acciones por parte de empresas cotizadas, con el objeto de enviar una señal de confianza al mercado y, eventualmente, generar plusvalías mediante su venta posterior a precios menos deprimidos. Las operaciones de autocartera son perfectamente legales bajo la premisa del cumplimiento de algunos requisitos: autorización de la junta general, porcentajes máximos y comunicación como hecho relevante a la CNMV.
Desde el punto de vista del mercado, la compra de acciones propias es una vía de retribución al accionista adicional al dividendo, pero puede provocar alteraciones en el precio, lo cual motiva que estas operaciones se vigilen estrechamente por los reguladores, en España la CNMV, para evitar que se envíen al mercado señales erróneas respecto a la oferta y demanda real de títulos. Si la compra o venta de acciones propias no debe tener efecto apreciable en la cotización, no tienen sentido las operaciones de autocartera dirigidas a sostener la cotización. Es decir, no es admisible por los reguladores que las mejores ofertas de precio, en un momento dado, provengan de la sociedad que emitió las acciones. La realización de una operación de autocartera próxima a un hecho significativo en el que la variable precio sea relevante (stock options, opas) sería un motivo adicional de sospecha.
No deberían responder a causas coyunturales, sino que deberían formar parte de la planificación financiera
Los contratos de liquidez regulados desde 2007 de manera expresa por la CNMV a los efectos de la aceptación de transacciones con acciones propias deben contribuir a la normalización de las operaciones de autocartera como instrumento de liquidez para los accionistas y de planificación financiera para las compañías.
En nuestra opinión, las operaciones de autocartera no deberían responder a causas coyunturales, sino que deben formar parte de la planificación financiera de las empresas en relación con su estructura de capital. Las adquisiciones de autocartera impactan directamente en su estructura financiera, pues suponen una salida de tesorería y, en consecuencia, un incremento de su apalancamiento. El entorno crediticio aconseja extremar la prudencia antes de incrementar la deuda. Las adquisiciones de autocartera realizadas con el único argumento de una cotización deprimida pueden penalizar la optimización futura de la estructura financiera y del valor de las compañías. -
Arturo Rojas y Pablo Mañueco son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Afi).
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