_
_
_
_
_
Crisis financiera mundial | La reacción de los mercados

El Popular gana un 3% más pero triplica la morosidad

Como en otras grandes entidades financieras que han publicado resultados, las cuentas del Banco Popular están también marcadas por el mismo problema: la morosidad provocada por la quiebra de Martinsa Fadesa. La entidad presidida por Ángel Ron elevó su tasa de morosidad al 2,19%, lo que supone triplicarla. A la vez, el ratio de cobertura de la cartera crediticia contra morosos adelgazaba drásticamente y se situaba en el 85,57%, frente al 232,9% de un año antes.

No obstante, el Popular obtuvo un beneficio neto de 956,4 millones entre enero y septiembre de 2008, un 3% más que el mismo periodo del año anterior. El beneficio estanco del tercer trimestre cayó un 10,8% frente al de julio a septiembre de 2007. La cuenta se ha frenado por la dotación de 1.955 millones de euros a provisiones para insolvencias, que han subido un 10,2% respecto a las acumuladas un año antes.

Más información
Desplome bursátil mundial en medio del pánico a la recesión económica

En cuanto al negocio, al cierre de septiembre, la cartera de créditos se situaba en 91.959 millones, un 5,7% más. Las hipotecas aumentaron el 7,2% y el crédito comercial cayó el 16,7%. En cuanto a los depósitos, subieron un 24%, casi lo mismo que cayeron los fondos de inversión.

El consejero delegado y vicepresidente del Popular, Roberto Higuera, aseguró que la entidad se ha centrado en fortalecer la solvencia, donde está entre los primeros de Europa, la eficiencia, también a la cabeza, la rentabilidad, la captación de depósitos y la liquidez, para no tener problemas para atender los vencimientos.

Sin ayudas del Gobierno

Por esta buena posición en liquidez, Higuera insistió en que la entidad, "a día de hoy", no necesita recurrir al fondo de liquidez aprobado por el Gobierno, aunque consideró que ha sido una medida "eficacísima" porque ha tranquilizado a los mercados.

Este ejecutivo no precisó qué entidades podrían acudir al fondo, pero dejó claro que utilizarlo, no es sinónimo de debilidad, sino que puede deberse a una necesidad puntual de liquidez o a la prudencia. Higuera advirtió de que cuando se abran los mercados, habrá una avalancha de colocadores y una menor demanda. Respecto al funcionamiento de los avales de deuda, subrayó que hay que ver cómo se instrumenta la concesión de garantías. En su opinión, es adecuado el plazo máximo de dos años para la devolución del dinero prestado, ya que la crisis "no va a durar tanto tiempo".

Respecto a la posibilidad de fusiones, Higuera cree que se pueden producir por el exceso de oficinas y de entidades.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_