Tenso y desigual seguimiento del paro del comercio en la provincia de A Coruña

La jornada de huelga en el comercio de la provincia de A Coruña se desarrolló ayer con tensión, enfrentamientos e incluso disturbios en A Coruña y Narón, donde se produjo una carga policial en una nave del polígono industrial Río do Pozo. El despliegue de cientos de piquetes informativos desde primera hora de la mañana, que sellaron con silicona las cerraduras de muchas tiendas de Santiago, A Coruña y la comarca de Ferrol, lograron que echasen el cierre durante parte de la jornada establecimientos que en un principio no secundaban la convocatoria de los tres sindicatos, UGT, Comisiones Obreras y CIG.

El paro está motivado por el desacuerdo en la negociación de un nuevo convenio colectivo para este sector en la provincia. Las organizaciones sindicales cifran en un 90% el seguimiento de la huelga, una cifra rebajada al 5% por la patronal. El mayor incidente se produjo ante una nave de Inditex en Narón, donde los agentes policiales llegaron a cargar contra manifestantes que pretendían presionar a los trabajadores para que no acudiesen a trabajar. Hubo porrazos y una mujer sufrió una crisis nerviosa, por lo que fue traslada en ambulancia al hospital Arquitecto Maside de Ferrol.

Aunque la reivindicación de este convenio colectivo no afecta a las grandes superficies, dado que es sólo para dependientes de comercio vario, centenares de manifestantes se repartieron en centros comerciales de toda la provincia para intentar forzar el cierre de los locales. Hubo altercados en A Coruña, primero por la mañana, en el de Cuatro Caminos, donde la seguridad privada se enfrentó con los piquetes, que lograron que echasen las rejas algunos locales y grandes superficies. Por la tarde, medio centenar de personas protagonizaron una manifestación en el nuevo centro comercial Dolce Vita que, abarrotado de público, abría ayer sus puertas. Armados de cacerolas, los huelguistas intentaron presionar para que cerraran algunos negocios, bajo la vigilancia de personal de seguridad. No hubo incidentes.

En el centro de A Coruña, en la muy comercial calle Real y su entorno, los huelguistas también lograron que a media mañana cerrasen prácticamente todos los establecimientos, incluidas grandes tiendas. Ocurrió igual en Santiago, donde se repitieron escenas de establecimientos que bajaban sus rejas al paso de los piquetes, para luego volver a retomar la actividad con normalidad.

Los representantes del sector reclaman subidas salariales para unos empleados que cobran entre 500 y 800 euros mensuales, con contratos en precario o parciales, y sobre todo una regularización de la jornada laboral, para evitar horarios excesivos y que los domingos o festivos sean retribuidos sin compensación.

Contrario a esta convocatoria de huelga y unas movilizaciones que los sindicatos pretenden extender hasta las Navidades, la Federación Galega de Comercio se preocupó ayer de denunciar los efectos de la crisis en este sector, con la presentación ante la Xunta, en Santiago de medidas para evitar la desaparición del 10% de los 65.000 pequeños y medianos comercios existentes en la comunidad autónoma, según advirtió su presidente José María Seijas. Ya cerraron "unos 400 establecimientos" en lo que va de año, aseguró Seijas. La patronal reclama del Gobierno gallego la reducción de impuestos y tasas, así como la concesión de ayudas y subvenciones y la apertura de una línea de créditos blandos.