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Reportaje:

En recuerdo de un agitador cultural

Distintas actividades conmemoran el centenario de Oteiza en la sala Kubo

Jorge Oteiza fue un agitador cultural. Y la sala Kubo de San Sebastián ha tenido muy presente ese espíritu a la hora de conmemorar el centenario del nacimiento del polifacético creador (Orio, 21 de octubre de 1908-San Sebastián, 9 de abril de 2003). No se ha conformado con una exposición al uso sobre su figura. Ha optado por convertirse en un contenedor de distintas actividades, en un laboratorio donde fluyan las ideas y el trabajo. Por ello, desde ayer y hasta el próximo día 26, acogerá talleres, muestras, conferencias, espectáculos, una zona documental y la proyección de vídeos y audiciones.

Hoy mismo, el escultor Ricardo Ugarte y la escritora Julia Otxoa aportarán con sus testimonios una visión poética, artística y humana de Oteiza. Pero a lo largo de estos doce días, el público podrá acercarse también al artista desde mundos tan variados como el deporte -ahí está la estética oteiziana de los frontones de Azkoitia- o la gastronomía -el cocinero Ramón Roteta elaborará un plato en el que trabaja el vacío-.

No podían faltar en esta cita los laboratorios de tizas y los talleres de cuboides y de desocupación espacial. Quienes se animen a participar en ellos -están abiertos a todo tipo de público, previa inscripción- estarán vigilados de cerca por Oteiza. La sala Kubo muestra retratos del artista realizados en su día por 14 fotógrafos; entre ellos, Fernando Larruquert, Sigfrido Koch, Antton Elizegi y Juantxo Egaña.

El apartado de espectáculos incluye cinco piezas de danza de Kukai y Tanttaka y la actuación del cantante Antton Valverde. El colectivo Oteizaren lagunak llegará desde Zarautz, donde estos días también se celebran distintas actividades en recuerdo de Oteiza, para entregar sus bufandas rojas (un atuendo habitual del artista) a Begoña Intxaustegi y Joaquim Dolls.

El proyecto de la sala Kubo, que reserva un espacio a la información sobre el contenido y el trabajo de la Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza (Navarra), pretende, en definitiva, difundir la memoria del artista, pero sobre todo la presencia que aún tiene en el panorama cultural actual.

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