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Pesca admite que la nueva ley provocará "tensiones"

La prevalencia de la figura de la concesión marisquera frente a las actuales autorizaciones (que podrá suponer una reordenación de las superficies de cultivo al salir a concurso público), prevista en el proyecto de ley de Pesca, creará "ciertas tensiones" entre los profesionales porque dará acceso a la actividad "a todos los ciudadanos", si bien se primará a las organizaciones de productores con experiencia y, en especial, a las cooperativas de mujeres. Así lo anticipó el secretario general de la Consellería de Pesca, Miguel López Sieiro, en el Foro de Recursos Mariños de O Grove. El número dos de la consellería dio por hecho que el proyecto de ley, que el martes inicia su tramitación parlamentaria, entrará en vigor a mediados de 2009.

La normativa va a introducir cambios sustanciales en la explotación de los recursos, lo que se traduce en el impulso de la política de seguros y la elaboración de planes de gestión más a largo plazo.

Formación

Por lo que respecta a la seguridad se impone la formación para evitar accidentes a bordo y mejorar la calidad de vida, aunque el gran reto será el impulso de los convenios colectivos, prácticamente inexistentes en el sector. Para empezar, será un requisito más para tener acceso a ciertas ayudas, aunque desde Pesca se anuncia que habrá "otros alicientes".

La ley otorga un espacio preferente a la comercialización y la distribución de los productos y a la implicación de los productores, continuando la política de marcas, denominaciones de origen y trazabilidad.

Con este documento la conselleira socialista Carmen Gallego pone sobre la mesa el proyecto más ambicioso de su departamento junto al Plan Acuícola, y deja pendiente la ordenación de la superficie marina que se perfila como el "gran reto" de la acuicultura de Galicia de los próximos años, según Salustiano Mato, director general de I+D+i de la Consellería de Industria.

Por otra parte, el conflicto del mejillón amaneció ayer con un nuevo frente abierto: las trabajadoras de los cocederos. Alrededor de un centenar, la mayoría mujeres, se concentraron en el muelle de Vilanova para hacer notar su indignación por la indiferencia de la consellería y de los sindicatos. "Nadie se acuerda de nosotros", decían. Una vez que la campaña ha cruzado el ecuador y siguen sin pisar las fábricas se preguntan cómo van a sobrevivir.

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