Autopsia y paradoja de un cadáver
El conocimiento de la historia como ciencia es acumulativo, según sentencia de un profesional del ramo, Gabriel Cardona, por lo que en teoría cada nuevo libro de historia puede ser el mejor de todos los publicados hasta la fecha. Otra cosa es que lo logre, porque eso depende también, inevitablemente, de la capacidad, las posibilidades materiales y la ambición del autor en cada obra concreta. Pues bien, el propio Cardona, historiador, ex militar y autor de varios estudios sobre los militares españoles en los siglos XIX y XX, calificó el lunes un libro del catedrático de Historia Contemporánea Glicerio Sánchez Recio como "el mejor análisis del franquismo" que ha conocido".
La obra en cuestión se titula Sobre todos Franco. Coalición reaccionaria y grupos políticos y forma parte de la colección Con Franco Vivíamos Peor, de la editorial Flor del Viento. El objetivo de esta colección es, según su editor, Ramon Serrano, dar una visión actualizada y fidedigna de los principales aspectos del franquismo "visto como régimen golpista contra la República y como cruzada del nacionalcatolicismo". Se compone de 10 títulos, de los que el lunes fueron presentados dos, el de Sánchez Recio y otro escrito por el profesor de la UNED Julio Gil Pecharromán y titulado La política exterior del franquismo. Entre Hendaya y El Aaiún.
El profesor Julio Gil Pecharromán sostiene que Stalin salvó a Franco al partir Europa en dos
El primero de los dos libros explica con detalle la evolución de cada uno de los grupos que formaron esa coalición de reaccionarios que luchó contra la política reformista de la Segunda República hasta acabar con ella mediante el uso de la violencia, la guerra civil. Cardona definió la disección de estos componentes internos del régimen dictatorial como una ilustrativa "autopsia de un cadáver, el del franquismo".
El segundo libro explica también con detalle la evolución de la política exterior del franquismo. El objetivo de esta política exterior no fue nunca ocuparse de los intereses generales de España, sino de la pervivencia del régimen a través de las cambiantes coyunturas internacionales. Xavier Vidal-Folch, director adjunto de EL PAÍS, que lo presentó, definió la obra como un magnífico friso que explica cómo el franquismo "convirtió a España en un país paria en la década de 1940 y lo dejó en la misma condición en 1975".
Como que de todo eso hace ya muchos años, quizá no está de más recordar el punto de arranque del relato de ambos libros: el franquismo era, simplemente, la dictadura de un general que se sustentaba en dos grandes pilares: los militares y la Iglesia católica.
Por debajo del dictador hubo desde el principio un partido único, que se llamó Movimiento Nacional. En él se unieron en 1937, ya en plena guerra civil, los diversos grupos que formaban esa "coalición reaccionaria: los carlistas de la Comunión Tradicionalista, cuyo principal dirigente era Manuel Fal Conde; la Falange Española y de las JONS, que tomaba el fascismo italiano como modelo y cuyos líderes eran José Antonio Primo de Rivera y Onésimo Redondo, respectivamente, más los monárquicos de Renovación Española, la derecha dinástica. Grupos de dirigentes católicos se sumaron a esa coalición a lo largo de los años. En 1945 fueron Acción Católica y la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP), impulsada por Ángel Herrera Oria. A partir de 1957, los tecnócratas del Opus Dei, y ya en las postrimerías, el Grupo Tácito.
Que un régimen tan antidemocrático, avalado desde su nacimiento por Hitler y Mussolini, superara la coyuntura europea de 1945 fue explicado así por Gil Pecharromán: "Lo que salvó al franquismo
fue la Unión Soviética. Stalin salvó a Franco al partir Europa en dos, con lo que el miedo de Winston Churchill y los americanos al comunismo congeló la situación en España". Paradojas de la historia.
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