Imágenes de España para América
El Museo de Bellas Artes expone la serie que Sorolla pintó para la Hispanic Society
Un paisaje teñido de verde, con el monte Igeldo al fondo, pintado en San Sebastián en 1914 bajo la suave luz del mes de septiembre, es la imagen del País Vasco que Joaquín Sorolla recogió en la serie de murales que realizó por encargo de la Hispanic Society of America, de Nueva York, para mostrar la pasión por la cultura española de su fundador, el mecenas estadounidense Archer Milton Huntington. Guipúzcoa. Los bolos, una escena con una mujer en primer plano y un grupo de hombres jugando a los bolos tras ella, es una de las 14 obras que componen el monumental friso (más de 200 metros cuadrados de superficie) de la Hispanic Society. Andalucía queda plasmada en una procesión de nazarenos, un encierro de reses bravas, un grupo de toreros y un momento de la pesca del atún; Aragón, en una jota; el Levante con un paisaje del palmeral de Elche; Navarra, con la reunión del concejo del Roncal. Las 14 escenas que componen Sorolla. Visión de España se exhiben desde ayer en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, en la cuarta etapa del recorrido que iniciaron en Valencia en noviembre de 2007, en su primera salida de los Estados Unidos desde que fueron pintadas por Sorolla.
'Visión de España' está formada por 14 obras con escenas costumbristas
El pintor dedicó ocho años de viajes y trabajo a la realización del friso
Los comisarios de la exposición, Felipe Garín y Facundo Tomás Ferré, defienden que Visión de España fue la obra que sintetizó el trabajo anterior de Sorolla, y le permitió llegar a las cotas más altas. En cada panel, el pintor quiso reflejar la identidad regional. Y lo hizo a través de los trajes de los campesinos, destacan los comisarios, pero también con los colores y la atmósfera de cada escena. La luz brumosa del Norte en el cuadro dedicado a Guipúzcoa y el sol cegador del Mediterráneo en Elche. El palmeral.
El friso fue el resultado de ocho años de intenso trabajo, en los que Sorolla recorrió España para tomar apuntes y pintar los 21 lienzos de tres metros y medio de altura, que conforman las 14 escenas de la serie. La salud del artista se resintió con el esfuerzo, como recogen las cartas que cada día escribía a su mujer. En 1920, poco después de acabar el encargo de Huntington, Sorolla sufrió una hemiplejia. Tres años después el pintor falleció, antes de que su gran obra con las costumbres de España fuera colgada en la Hispanic Society.
Huntington vio satisfecho su deseo de decorar la Hispanic Society con el friso que revelaba su pasión por la cultura española, después de que el artista, reticente ante el encargo, replanteará en varias ocasiones el ambicioso proyecto. Un siglo después de su fundación la sociedad neoyorquina sigue centrada en la cultura hispánica. A sus fondos de pintura y escultura, desde el arte medieval al siglo XX, se suma una importante colección de cerámica.
El regreso temporal de las obras de Sorolla a España ha sido posible por un acuerdo entre Bancaja y la Hispanic Society. El coste total del proyecto alcanza los tres millones de euros, incluidos los gastos de fletar un Boeing 747 para su traslado hasta Valencia. Los lienzos de Sorolla, asegurados por un valor de más de 100 millones de euros, fueron restaurados en Nueva York antes del viaje. Los técnicos comprobaron que las obras se encontraban en buen estado de conservación y su trabajo se limitó a la limpieza y a pequeños retoques encaminados a mantener la unidad cromática.
La limpieza permitió descubrir detalles que pasaban casi desapercibidos bajo la suciedad acumulada con los años, como el humo del cigarro que fuma un personaje a caballo en el panel Sevilla. El encierro o la cruz de mayo pintada al fondo de otra pintura dedicada a Andalucía, Sevilla. El baile.
Todas las obras muestran ahora en todo su esplendor la luminosidad y el color exuberante de Sorolla. Y a poca distancia del suelo, mucho más cerca de los ojos del visitante que en su ubicación original de la Hispanic Society.
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