"Tenemos necesariamente que abrir un nuevo periodo"

Tomás Arrieta (Bilbao, 1958) fue nombrado presidente de Consejo de Relaciones Laborales (CRL) en enero, después de cinco años como secretario general del mismo y en medio de una profunda crisis del organismo, tras la marcha de ELA y la posterior dimisión de su antecesor, Martín Auzmendi.

Pregunta. ¿Cree que se puede hablar de una crisis en el sindicalismo vasco?

Respuesta. Creo que sí. El nuestro es un órgano en el que deberían participar los agentes sociales más representativos y ese órgano ni siquiera está completo. Por lo tanto, sí que estamos en una situación de crisis.

P. ¿Considera posible que con la renovación en la cúpula de los sindicatos se produzca un cambio de ciclo, después de una década de bloqueo en los órganos de diálogo social?

"En temas como seguridad y salud o igualdad hay coincidencias

"El bloqueo de la negociación sectorial cuestiona el modelo"

R. Espero no confundir la realidad con mis deseos, pero me atrevería a decir que es necesario. De alguna manera, tendremos que abrir necesariamente un nuevo periodo sobre la base de encontrar un espacio para el diálogo intersectorial en el vértice de lo que es el modelo de las relaciones laborales. Y tendremos que imaginar cuáles son los grandes temas sobre los que tenemos que hablar y reflexionar.

P. Lo curioso es que hay grandes coincidencias en muchos de los asuntos estrictamente sindicales.

R. Efectivamente, en seguridad y salud laboral, en igualdad, en eso que se ha dado en llamar los riesgos emergentes y en el clima laboral hay coincidencias básicas.

P. Faltan los acuerdos.

R. El reto es llegar a acuerdos, sí, pero quizás de forma diferente. La presión subjetiva de llegar a acuerdos directos, de esos que generan derechos y obligaciones inmediatas, quizás ha pasado a la historia. Eso fue una fase, una etapa dentro de este consejo y del conjunto de las relaciones laborales. Ahora quizás hay ciertas condiciones objetivas para otro diálogo que gire en torno a ir creando bagaje, clarificando los diagnósticos, tomando y definiendo posiciones y descubriendo espacios que no son de suma cero, es decir, que lo que tú ganas yo pierdo, sino de suma positiva. Percibo condiciones para un cambio en esa dirección. Y en el CRL trabajamos en esa dirección.

P. ¿Por qué cree que, habiendo coincidencias, no se produce la unión sindical?

R. No quiero salirme del tiesto porque no represento ni al mundo sindical ni al empresarial. Yo estoy aquí en una función moderadora. Pero el mundo sindical tiene su propia competencia interna. A veces no es fácil deslindar dónde se compite de los espacios en los que prevalece la necesidad de trabar consensos básicos. Estos suelen coincidir con los que definimos como las áreas estratégicas. Pero sería ingenuo pretender la consideración del mundo sindical como un todo. Eso, que es común al mundo sindical en general, aquí aparece además condicionado por otros elementos.

P. ¿Diría que de esta competición entre sindicatos sale algún ganador que también se sienta en el CRL?

R. Casi lo dice en la pregunta. Una de las cosas que hacemos en el CRL es ver cómo evolucionan las realidades, la conflictividad. Y hemos constatado que no ha habido mucha conflictividad estos últimos años, y, sin embargo, ha habido bloqueo de los procesos de negociación. Pero eso no se ha trasladado a la vida real, a la vida de los sectores o de las empresas. Eso es un hecho que cada cual evalúa a su manera.

P. No ha habido acuerdos, pero tampoco grandes enfrentamientos.

R. Exacto. Aunque sea un esquema simplón, la realidad oscila entre el acuerdo y la confrontación, y no ha habido ni uno ni otra.

P. ¿Tiene la impresión de que la falta de pacto sectorial cuestiona el modelo actual?

R. La negociación sectorial es un elemento clave. El 80% o más de los asalariados se rige por convenios sectoriales. El hecho de que esa negociación esté bloqueada pone en cuestión el modelo. Hay cosas que pensar y cuestiones que adoptar.