"La crisis va a afectar mucho a los latinoamericanos de a pie"
América Latina ha vivido en los últimos cinco años una época dorada. El alto precio de sus materias primas y el buen manejo de las políticas macroeconómicas por parte de la mayoría de sus Gobiernos han impulsado un sólido crecimiento económico. La clase media ha crecido a medida que la pobreza ha ido retrocediendo, el desempleo ha caído a su nivel más bajo en décadas y el capital extranjero ha recuperado confianza. Todo ha empezado a cambiar como consecuencia del huracán desatado por las hipotecas subprime, pero los expertos opinan que, en principio, la economía latinoamericana no debería sufrir tanto como las de Europa o EE UU.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), organismo dependiente de la ONU con sede en Santiago de Chile, cree que este año se producirá una desaceleración en la zona, aunque su secretaria ejecutiva, la mexicana Alicia Bárcena, piensa que está mejor preparada que en otras ocasiones para resistir las acometidas de una crisis mundial. "Somos una región volátil", afirma, "pero aun así esta crisis nos sorprende un poco menos vulnerables, con más institucionalidad, con más respuestas rápidas".
"En sólo un año la pobreza crecerá en tres puntos, hasta el 38% de la población"
"Hay que hacer un esfuerzo para seguir sosteniendo los programas sociales"
"La escasez de capital va a afectar a la inversión y a la economía real"
"Nuestra región ha acumulado reservas internacionales muy importantes"
Pregunta. ¿Se está frenando la buena racha económica latinoamericana?
Respuesta. La región ha tenido una época de auge económico importante entre 2002 y 2007. A partir de mediados de 2007, con el alza del precio de los alimentos y del petróleo, comienza un proceso de desaceleración también originado por la crisis de las hipotecas subprime y de lo que ahora llaman activos tóxicos. Eso provoca una serie de impactos: por un lado hay un proceso inflacionario que empieza a finales de 2007 y principios de 2008. Los precios de las materias primas subieron un promedio del 16%, entre ellos los alimentos, los hidrocarburos y los metales. El país que menos inflación presenta es México; el que más, Venezuela. Tenemos un rango amplio que va desde el 5% al 13% de inflación. Los Gobiernos adoptaron medidas inmediatas y subieron los tipos de interés. Con ello se apreció la moneda, causando cierto impacto en las exportaciones.
P. ¿Ha revisado la CEPAL las perspectivas de crecimiento para América Latina tras el estallido de la crisis?
R. Todo el mundo está revisando cifras. Primero se pensó que el impacto iba a circunscribirse al sector financiero, y que Europa no iba a tener un impacto tan fuerte, pero ahora ha quedado clara la enorme interdependencia de los sistemas financieros y, por lo tanto, el contagio de esta crisis hacia Europa y también hacia América Latina. La región está mejor preparada que antes, porque hay una serie de características mejor planteadas: una de ellas es que hay un superávit por cuenta corriente, aunque en 2007 comenzó a disminuir. El otro punto es que América Latina tiene ahora una deuda exterior de mejor calidad. La región llegó a crecer un 5,7% en 2007 y, lamentablemente, nuestras previsiones son del 4,6%-4,7% para este año. El problema más serio va a ser 2009. Antes de la crisis habíamos calculado que la región podría crecer un 4%, pero ahora nos damos cuenta de que ese crecimiento será menor, del 3,5%.
P. Las divisas latinoamericanas se están devaluando y los precios de las materias primas han comenzado a caer.
R. América Latina ya no es un bloque homogéneo. México es bastante dependiente del petróleo y, efectivamente, ha habido una bajada de precios que tiene mucho que ver con la menor demanda que va a haber. El 90% de las exportaciones de México y Centroamérica va a países desarrollados. ¿Qué pasa en Suramérica? Los precios de los alimentos y de algunas materias primas se están estabilizando, pero se van a mantener a un nivel relativamente alto, porque hay un aumento de la población y de los ingresos en África y en Asia. Suramérica depende mucho más de mercados emergentes como China e India, donde todavía no hay desaceleración.
P. ¿Está el sistema bancario latinoamericano listo para resistir el embate de la crisis?
R. Nuevamente, creo que hablamos de esquemas diferentes. México, por ejemplo, es un país cuya banca es fundamentalmente extranjera, y va a depender del contagio procedente de Canadá, Europa o EE UU. En el caso de Brasil, depende del tamaño: la banca que va a sufrir es la pequeña y lo que vamos a ver son varias fusiones. Lo más interesante es que en estos años, nuestra región ha acumulado reservas internacionales muy importantes.
P. Pero la crisis va a hacer más difícil que Gobiernos y empresas logren financiación exterior.
R. Los dos grandes problemas que va a afrontar la región, más incluso que la inflación, que ya se está estabilizando, son el acceso al crédito y la liquidez. Hay una escasez de capital que va a afectar muchísimo a la inversión y a la producción, a la economía real. Va a afectar mucho a la gente de a pie, fundamentalmente en el consumo. Gente que necesita créditos para mandar a los hijos a la escuela, o incluso para comprar bienes básicos para la casa, van a tener problemas. Y ya no digo las empresas, que también van a afrontar estos problemas.
P. Uno de los fenómenos más positivos de los últimos años en América Latina es la consolidación de las clases medias. ¿Se va a frenar este proceso?
R. La clase media se va a ver muy afectada, aunque son los pobres quienes se van a ver más afectados porque son los que tienen menores reservas para protegerse. En América Latina hay una clase media, sobre todo en países como México y Perú, que está en el sector informal, inclusive fuera de la legalidad. Es un grupo de personas muy preocupante, porque puede ir alejándose de una sociedad más inclusiva, en lugar de converger. Usted va a la ciudad de México y ve grandes zonas urbanas que no son pobres pero tampoco ricas, pobladas por vendedores ambulantes. Son la carne de cañón para la droga y el narcotráfico, principalmente en México y en Centroamérica. Se pueden agudizar los problemas de exclusión, y no sólo de la clase más pobre. Fíjese: entre 2002 y 2007, la pobreza en América Latina había disminuido del 44% al 35% de la población. Con la subida de los precios, la CEPAL calcula que de los nueve puntos porcentuales ganados, vamos a perder tres sólo en un año. Los países tienen que hacer un esfuerzo grande para seguir sosteniendo los programas sociales. Los tres grandes problemas de América Latina son la baja tributación, la escasa inversión y la enorme desigualdad.
P. España es el primer inversor en América Latina tras Estados Unidos. ¿Cree que van a disminuir las inversiones como consecuencia de la crisis?
R. La rápida reacción anunciada esta semana por el Gobierno español ayuda mucho, porque las empresas que hubieran decidido liquidar y traerse sus capitales ahora se lo van a pensar. Las empresas españolas están en sectores estratégicos de América Latina. A pesar de que ahora estamos en el ojo del huracán, la inversión española se quedará, porque a medio plazo hay perspectivas de crecimiento. Le pondré un ejemplo. Leo que en el sector del automóvil aquí hay una fuerte contracción. En América Latina es lo opuesto. La región se está urbanizando, está creciendo.
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