La revancha de las novatas
Ante una película como Una conejita en el campus hay dos opciones: poner rictus de crítico, arquear la ceja y dar el enésimo palo a la "típica película juvenil americana". O indagar un poco más allá, vislumbrar su sanísima incorrección política cargada de vitriolo y carcajearse de las estupideces que llega a hacer y decir una sex symbol de Playboy con el encefalograma plano, que acaba como jefa de estudios de un colegio mayor universitario (o su equivalente estadounidense, las hermandades).
Producida por Adam Sandler y escrita por las guionistas de Una rubia muy legal, la película dispara a diestro y siniestro, sobre todo contra la imperante dictadura de la moda y la imagen física, en la línea de lo que supuso La revancha de los novatos (Jeff Kanew, 1984) para el cine juvenil de los ochenta: una reivindicación del espectro más masacrado de la enseñanza, del empollón, del marginado, del friki en su más amplio sentido. De ahí que, a pesar de ponerse un tanto relamida en su discursivo desenlace y de exponer su moraleja de forma demasiado explícita, la película cumpla su alborotadora función, sobre todo en el retrato de lo que hoy en día conformaría la galería de excluidas del imperio de las tendencias. A saber: una embarazada adolescente, una lesbiana, una lisiada, una tímida, una latina de origen azteca y una chica no sólo inteligente sino también lista.
UNA CONEJITA EN EL CAMPUS
Dirección: Fred Wolf.
Intérpretes: Anna Faris, Emma Stone, Colin Hanks, Kat Dennings.
Género: comedia. EE UU, 2008.
Duración: 97 minutos.
Babelia
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