La policía desmantela una banda de 'narcos' durante un banquete de bodas
Siete traficantes fueron detenidos en un restaurante de El Berrueco
El novio, vestido con el traje que demanda la ocasión, pensó que se trataba de una broma de sus compinches cuando varios agentes armados y uniformados irrumpieron en el comedor nupcial gritando "¡que nadie se mueva!", mientras uno de los policías le colocaba las esposas inmovilizándolo y la cámara del fotógrafo no dejaba de disparar. El banquete, en un restaurante de gran capacidad de El Berrueco, en Madrid, ya había comenzado y, en medio del desconcierto, los 80 invitados, sentados y con el primer plato en la mesa, no daban crédito a lo que estaba sucediendo a su alrededor.
El novio pensó que se trataba de una broma cuando los agentes entraron
La banda se dedicaba al tráfico a gran escala y al blanqueo de dinero
Después de varios meses pisando los talones a una banda de narcotraficantes, los investigadores esperaron al pasado domingo para actuar en plena celebración, contando con el factor sorpresa, y arrestar a los siete integrantes de una de las redes de vendedores de droga colombianos más potentes que habían trasladado, recientemente, su cuartel general a Madrid.
Tres españoles también han sido detenidos como presuntos implicados en esta organización dedicada a la distribución de estupefacientes y blanqueo de dinero, que dirigía desde España y Bogotá el clan conocido como el de los hermanos Salazar. Uno de los españoles fue detenido en Colombia y el otro en el banquete, junto a siete de sus lugartenientes, incluido el novio.
Esta redada se enmarca en la operación denominada Jazmines, que ha permitido arrestar a otras 22 personas en operativos anteriores contra los carteles colombianos de la cocaína e intervenir en este país suramericano inmuebles valorados entre 5 y 10 millones de euros. Un dinero procedente de la venta de la droga al por mayor y que había blanqueado minuciosamente la organización a través de empresas tapadera que también utilizaban para enviar cargamentos de sustancias tóxicas hasta la Península.
Más de 350 kilogramos de los alijos que lograron introducir en el último año en España, principalmente camuflados en contenedores de carga a través del puerto de Algeciras, fueron descubiertos dentro de una máquina excavadora en una nave industrial a las afueras de Madrid. La banda, para entonces, ya se había instalado en la Comunidad.
La redada en El Berrueco se preparó después de haber sido registrados varios domicilios en las localidades madrileñas de Pozuelo de Alarcón y Collado Villalba así como en Torrejón del Rey (Guadalajara).
Estas casas las utilizaba la organización para desarrollar sus actividades en el blanqueo de capital y narcotráfico. En estas viviendas se localizaron 33.500 euros en metálico, un revólver calibre 38 special, 10 vehículos diversos y abundante documentación sobre sus actividades.
La red enviaba periódicamente partidas de cocaína a compradores que operaban desde el País Vasco, Cataluña, Valencia y Galicia. En esta última comunidad, la policía pretende ampliar sus objetivos para llegar hasta algunas organizaciones que operaban con la red ahora desarticulada y que aún permanecen activas en su región.
Fuentes policiales estiman que esta organización hispano- colombiana utilizaba países del norte de África para ocultar los alijos que se enviaban a la Península en pequeñas partidas.
Las investigaciones se iniciaron en 2006, cuando se tuvo conocimiento a través de la Agencia Británica contra el Crímen Organizado (SOCA), que conjuntamente con las autoridades colombianas seguían la pista de operaciones de blanqueo de dinero en Bogotá, de su existencia y sus actividades delictivas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.