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El Papa traza un panorama desolador

Benedicto XVI reconoce en la homilía de apertura del sínodo de los obispos que en algunos países la fe "se debilita hasta extinguirse" - Ofició una misa en latín

El papa Benedicto XVI aseguró ayer que "siempre habrá pueblos dispuestos a acoger la fe" aunque en otras regiones "ésta se debilite hasta el punto de llegar a extinguirse", como está sucediendo ahora mismo en algunas naciones que otrora fueron "ricas de fe y de vocaciones". Lanzó esa advertencia durante la primera de las cuatro misas que vivirá la XII asamblea general ordinaria del sínodo de los obispos, cuyos debates arrancan hoy en el Vaticano y se alargarán durante 21 días.

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La ceremonia de apertura se celebró en la impresionante Basílica de San Pablo Extramuros, ante los 253 jerarcas de la Iglesia católica que asisten al sínodo. El Papa ofició el rito en latín hablado y cantado, y dio la comunión a un par de decenas de fieles en la boca y arrodillados ante el reclinatorio, según el deseo expresado por él mismo, mientras los demás sacerdotes depositaban la hostia consagrada en la mano de fieles que permanecieron de pie.

Durante la homilía (que leyó en italiano), el Papa explicó que la crisis que vive la fe católica en algunas naciones es consecuencia de la "influencia deletérea y destructiva de una cierta cultura moderna". "Hay quien, habiendo decidido que Dios ha muerto se declara dios a sí mismo, considerándose el único artífice del propio destino, y el propietario absoluto del mundo". Así, "desembarazándose de Dios", el hombre "cree que puede hacer lo que quiera y puede proponerse a sí mismo como la única medida del propio actuar", explicó.

Sin embargo, advirtió, cuando el hombre "elimina a Dios de su horizonte" y se convierte en "propietario absoluto" de sí mismo y "único patrón de la creación" se expanden "el arbitrio del poder, los intereses egoístas, la injusticia y la explotación", así como "la violencia en todas sus expresiones", tal y como demuestran los crímenes que cada día reportan los medios.

"Al final, el punto de llegada es que el hombre se encuentra más solo; y la sociedad, más dividida y confundida", aseguró el Papa. Una solución, sugirió, es leer más y mejor las Sagradas Escrituras, que recogen el "mensaje consolador" de que "el mal y la muerte no tienen la última palabra", sino que "el que vence, al final, es Jesús. ¡Siempre!", exclamó.

Y éste será, precisamente, el anuncio que la Iglesia "renovará de modo significativo" durante el sínodo, que se centra en el papel de la Biblia en la vida y misión de la Iglesia católica.

En ese sentido, recordó el Papa, "es indispensable que la Iglesia conozca y viva lo que anuncia, para lograr que su predicación sea creíble, a pesar de las debilidades y la pobreza de los hombres que la conforman", y sobre todo en un momento en que muchos católicos "se han alejado de la práctica de la fe y necesitan una nueva evangelización".

El propósito del Papa es que los padres sinodales debatan sobre el modo de hacer que "cada vez sea más eficaz el anuncio del Evangelio en nuestro tiempo" y lograr que su luz ilumine "todos los ámbitos de la Humanidad, desde la familia hasta la escuela, la cultura, el trabajo, el tiempo libre y demás sectores de la sociedad".

Entre los asistentes a la misa de ayer estaban los padres sinodales españoles que participarán en los debates. Los tres miembros elegidos por la Conferencia Episcopal son su presidente, Antonio María Rouco Varela; el obispo de Bilbao y vicepresidente, Ricardo Blázquez, y el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares. Junto a ellos estarán otros que han sido nombrados por el Papa: el prelado del Opus Dei, Javier Echevarría; el prepósito general de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás, y el presidente de Comunión y Liberación, Julián Carrón.

Una de las novedades será la participación (externa) del primer religioso no cristiano. Se trata del rabino judío Shear-Yashuv Cohen. A petición del Papa, hablará hoy ante los padres sinodales sobre el papel de la Biblia en la religión hebrea. En total, acuden al sínodo 253 obispos y eclesiásticos de todo el mundo, de los que 90 proceden de países europeos, 62 de América, 51 de África, 41 de Asia y nueve de Oceanía.

Benedicto XVI preside la eucaristía inaugural del sínodo de obispos, celebrada ayer en la basílica romana de San Pablo Extramuros.
Benedicto XVI preside la eucaristía inaugural del sínodo de obispos, celebrada ayer en la basílica romana de San Pablo Extramuros.AFP

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