La rivalidad étnica marca los comicios locales en Bosnia
Los partidos miden fuerzas en un clima de bloqueo político y riesgo separatista
Algo más de tres millones de ciudadanos estaban convocados a las urnas en las elecciones locales celebradas ayer en Bosnia-Herzegovina, una cita electoral a la que los partidos del país balcánico llegaron en un clima de infranqueable bloqueo político y más o menos veladas amenazas separatistas. Pese a que los comicios iban dirigidos a la elección de 140 alcaldes, la campaña asumió un claro tono de medición de fuerzas entre los nacionalistas serbios, bosnios y croatas, con escasa atención a los problemas locales. La comisión electoral indicó que la participación fue del 55%, aunque bajó al 40% en las grandes ciudades, como Sarajevo.
El voto estaba convocado en las dos entidades en las que quedó partido el país con los acuerdos de Dayton del año 1995, que acabaron con la guerra: la República Srpksa, de mayoría serbia, y la Federación de Bosnia-Herzegovina, de mayoría bosnia y croata. Los frágiles equilibrios de cohabitación entre las distintas comunidades han sufrido un violento empujón con la declaración de independencia de Kosovo en febrero. El caso kosovar dio vigor a los fantasmas separatistas agitados por la comunidad serbia, y el voto de ayer representaba para el establishment político la gran oportunidad de una medición del peso específico de los distintos empujes centrífugos, por un lado, y del proyecto centralizador para un Estado unitario del actual presidente, el bosnio Haris Silajdzic, por el otro.
En un discurso el pasado martes en Estrasburgo ante el Consejo de Europa -una institución que reúne a 47 países del continente en nombre del desarrollo de los derechos humanos y de la democracia-, Silajdzic denunció sin ambigüedades la total parálisis que sufren las instituciones centrales de Bosnia-Herzegovina. El presidente achacó a la comunidad serbia, liderada por el primer ministro, Milorad Dodik, la voluntad de obstruir la plena implementación del acuerdo de Dayton y de "preservar la etnocracia".
La complejidad institucional y la voluntad de bloqueo hacen que "el 22% de los diputados en el Parlamento nacional, todos ellos serbios, puedan bloquear cualquier decisión", dijo Silajdzic. El veto "ha sido utilizado por ellos cinco veces en contra de la Ley de Ciudadanía, sin la cual medio millón de refugiados bosnios huidos de la violencia no tendrán la ciudadanía del país", prosiguió el presidente. "Esto es genocidio y limpieza étnica a través de otros medios. El plan es eliminar en los registros a aquellos que no pudieron ser eliminados en persona".
La Asamblea parlamentaria del Consejo de Europa deploró el auge de la retórica nacionalista y condenó, entre otras cosas, "la persistente práctica de la segregación étnica en las escuelas primarias y secundarias" y "la resolución adoptada por el Parlamento de la República Srpksa el 21 de febrero de 2008, en la que se refirió a la posibilidad de celebrar un referéndum sobre la autodeterminación".
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