El mejillón hermafrodita y los sumarios de ida y vuelta
Llevamos una temporada en la que nada es lo que parece y la polución lo deteriora todo.
Hace una semana conocimos que un grupo de investigadores de la Universidad del País Vasco ha descubierto que desde hace años la contaminación de las aguas ha afectado a la reserva de la biosfera de Urdaibai (Vizcaya) y está alterando los órganos reproductores de determinados organismos, dando lugar a una elevada proporción de mejillones hermafroditas y peces bisexuales; como dice el lehendakari Ibarretxe, vascos y vascas.
Coincidiendo con esta sorprendente noticia hemos sabido también que el juez Baltasar Garzón se ha inhibido en favor del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco respecto del proceso que instruía por colaboración con organización terrorista contra cinco dirigentes del Partido Comunista de las Tierras Vascas (PCTV), recientemente ilegalizado por el Tribunal Supremo por considerarlo sucesor de Batasuna, y por tanto, parte del aparato político de ETA. Sin embargo, la ilegalización realizada por el Supremo o la suspensión de actividades de la citada formación política que en su día ordenó Garzón no suponen la pérdida de los escaños de los parlamentarios de PCTV, sino únicamente la disolución de su grupo parlamentario. Y resulta que dos de los cinco investigados por colaboración con ETA, Karmele Berasategi y Nekane Erauskin, tienen la condición de parlamentarias vascas. Precisamente ese rango de aforadas determina, de acuerdo con el Estatuto de Autonomía del País Vasco, que el Superior Vasco, y no la Audiencia Nacional, sea el órgano competente para investigar los hechos y, en su caso, juzgarlos.
El sumario del PCTV será, previsiblemente, devuelto a la Audiencia Nacional
El terrorismo es otra gran contaminación que lleva degradando de forma perversa la vida pública del País Vasco desde hace tiempo. Y como efecto indeseado, y aunque no siempre ha sido así, en la Audiencia todavía se recuerda lo ocurrido con el caso Ekin, cuando Garzón, a petición de la fiscalía, remitió el sumario al TSJ porque dos de los imputados, José Antonio Etxeberria y Pablo Gorostiaga, eran parlamentarios vascos. Año y medio después, cuando los dos perdieron el fuero, el tribunal vasco devolvió las cajas del sumario sin abrir y con un dedo de polvo encima. Un deterioro diferente del causado en los bivalvos, pero que empeora y daña los órganos afectados. La contaminación tiene esas cosas.
Garzón ha ordenado ya el envío de la causa del PCTV, pero ya se sabe que las cosas de palacio van despacio y el tribunal vasco tiene otros procesos de los que ocuparse.
En marzo habrá elecciones autonómicas en Euskadi, a las que ninguno de los dirigentes del PCTV podrá presentarse, por lo que las nekanes dejarán de ser parlamentarias y perderán el fuero. Todo esto ocurrirá en seis meses como máximo, periodo a todas luces insuficiente para acabar de instruir y llevar el caso a juicio. Por ello, como consecuencia directa, el Superior vasco dejará de ser competente y el caso tendrá que volver a la Audiencia Nacional. Evidentemente, la línea recta es el camino más corto entre dos puntos, pero como decía Mae West, no siempre es el más atractivo. A la vista de lo ocurrido antes con el caso Ekin y ahora con el mejillón, no se descarta que el sumario se devuelva a la Audiencia con Euskolabel, ese sello de distinción que otorga la Fundación Kalitatea que acredita la calidad y denominación de origen vasco.
