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Reportaje:Econonía global

Japón se asoma al abismo

Los precios de los alimentos y de la energía ponen a la segunda economía del mundo al borde de la recesión

Japón tiene pie y medio en la recesión. La tormenta financiera desatada por las hipotecas subprime, el frenazo del consumo en todo el mundo y los altos precios del petróleo y de los alimentos han puesto a la segunda economía del mundo, en un abrir y cerrar de ojos, al borde del abismo.

Las malas noticias se acumulan. El PIB se contrajo un 3% en el segundo trimestre, y los expertos vaticinan nuevas caídas en el tercero y el cuarto. Según las predicciones de Credit Suisse, la economía japonesa crecerá un pobre 0,7% tanto este año como el que viene, comparado con el sólido 2,7% de 2007.

La producción industrial descendió un 3,5% en agosto, la mayor caída desde enero de 2001. Aunque casi imperceptibles para el estándar europeo, el paro subió hasta el 4,2% en septiembre, su máximo nivel en dos años.

El nuevo Gobierno pone el énfasis en estimular el crecimiento

En opinión de Pablo Bustelo, experto en Asia del Real Instituto Elcano, el profundo bache que atraviesa la economía japonesa es resultado de una combinación letal: el aumento de los costes de las empresas -derivados de la subida de los precios de las materias primas- sumado a la caída de la demanda tanto interna como externa.

El pesimismo sobre la marcha de la economía cunde entre los ciudadanos. El consumo de las familias retrocedió un 4% en agosto frente al mismo mes del año anterior. "El consumo interno no tira, y en un contexto internacional tan malo no hay demanda exterior", señala Bustelo.

Por primera vez en 26 años -exceptuando enero, cuando las exportaciones bajan tradicionalmente debido a las fiestas-, en agosto Japón vendió en el extranjero menos productos y servicios de los que compró. La reaparición del déficit comercial en un país fundamentalmente exportador es señal inequívoca de que las cosas van mal e indica que cuanto más se prolongue la agonía en los países occidentales más tardará Japón en retomar la senda del crecimiento.

Las importaciones superaron a las exportaciones en 324.000 millones de yenes (unos 2.300 millones de euros) debido principalmente al alto coste de las materias primas. Las ventas a EE UU -principal mercado para las exportaciones japonesas después de China- cayeron por duodécimo mes consecutivo; en esta ocasión un 21%, récord histórico. Los principales fabricantes de automóviles advierten de que sus ventas en el extranjero están cayendo, especialmente en EE UU. "Las exportaciones a china no son lo suficientemente dinámicas para compensar la caída de las exportaciones a EE UU", dice Bustelo.

También las empresas ven el futuro con incertidumbre. El índice de confianza de las grandes compañías industriales, que difunde el Banco de Japón, registró un resultado negativo en septiembre por primera vez desde 2003.

La Bolsa de Tokio está en su nivel mínimo en tres años, y la inflación subyacente -de la que se excluyen los volátiles precios de la energía y los alimentos perecederos- alcanzó un 2,4% en agosto.

En su primera comparecencia ante el Parlamento como primer ministro, Taro Aso, anunció esta semana un giro a la política económica de sus antecesores -centrada en la consecución de un ansiado equilibrio presupuestario- y dejó claro que está dispuesto a prorrogar el objetivo de terminar con el déficit público en 2012 si lo considera necesario para revitalizar la actividad.

Aso, que reemplazó a Yasuo Fukuda la semana pasada, pidió al principal partido de la oposición, el Partido Demócrata, que apoye sus propuestas, al tiempo que lo acusó de bloquear los esfuerzos del Gobierno. "La agenda más importante de todas es restaurar la salud económica de Japón", afirmó Aso. "De principio a fin, el Partido Demócrata ha puesto su interés político por delante y las vidas de las personas". El equilibrio presupuestario, añadió el primer ministro, no es un fin en sí mismo, sino una manera de crear prosperidad. "Sin crecimiento económico no habrá reconstrucción fiscal".

Con los tipos de interés al 0,5%, queda poco margen para utilizar la política monetaria como estímulo a la recuperación.

Como Aso, el nuevo ministro de Economía, Shoichi Nakagawa, es un firme partidario de poner en práctica políticas expansivas para estimular la economía. Una de las primeras medidas del nuevo Gabinete ha sido presentar ante el Parlamento un plan de recuperación valorado en 12 billones de yenes (unos 80.000 millones de euros) para ayudar a los ciudadanos y a las pequeñas empresas a hacer frente a la crisis. Para financiar el plan, el Gobierno emitirá unos llamados, "bonos de construcción".

El Partido Liberal Demócrata de Aso, que gobierna Japón desde el final de la Segunda Guerra Mundial, tiene mayoría absoluta en la Cámara baja del Parlamento, pero la oposición domina la Cámara alta y está dispuesta a bloquear el plan de recuperación. Los analistas pronostican que Aso, de 68 años, convocará elecciones anticipadas, probablemente en noviembre, para conseguir la mayoría en ambas cámaras.

El líder liberal insiste en que habrá recortes fiscales antes de marzo de 2009, lo que no convence a muchos economistas. La bajada de los impuestos y el aumento del gasto público, opinan los críticos de la medida, aumentará la deuda pública japonesa -equivalente al 150% del PIB-, la peor de los países industrializados.

¿De dónde puede venir la recuperación? "Japón siempre se recupera por las exportaciones", señala Bustelo. Cuando el resto del mundo vuelva a consumir, podrá empezar a levantar cabeza. -

Un visitante observa la pantalla más plana del mundo, creada por Sony, en la feria CEATEC de Makuhari.
Un visitante observa la pantalla más plana del mundo, creada por Sony, en la feria CEATEC de Makuhari.EFE

De gangas en Wall St.

Con una recesión a la vista en terreno propio, los bancos y las sociedades financieras japonesas no desaprovechan la ocasión de pescar en el río revuelto de Wall Street. Limpias de activos tóxicos vinculados a las hipotecas subprime y recuperadas de la catástrofe financiera de los años noventa en su país, las entidades japonesas tienen dinero para invertir, y mucho.

Nomura, principal sociedad de Bolsa de Japón, se ha comprometido a adquirir, por una cantidad no difundida, los negocios de la fenecida Lehman Brothers en Asia, Europa y Oriente Próximo, en los que trabajan más de 5.000 empleados. Por su parte, el primer banco de Japón, Mitsubishi, comprará entre el 10% y el 20% de Morgan Stanley, en una operación valorada en 6.000 millones de euros. En agosto pasado se hizo con el control del banco californiano UnionBanCal por 7.000 millones de euros.

Su recuperación ha sido lenta, pero el sistema financiero japonés se ha saneado por completo y parece listo para reclamar su parte del pastel. -

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