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Un paraje privilegiado acosado por las obras

Gasoducto e incineradora se enfrentan en terreno protegido

Nadie encuentra aves protegidas en la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de Alcalá. Nadie, salvo cerca de un centenar de vecinos de Alcalá de Henares y Daganzo que se reunieron ayer, con motivo del día de las aves, para avistar pájaros desde el terreno. Y los vieron. En concreto, desde la parcela en la que el alcalde de Alcalá de Henares, Bartolomé González (PP), quiere alzar una planta de gestión de residuos que controlará entre 220.000 y 336.000 toneladas de basura al año. Unas avutardas que, según el Consistorio, nunca estuvieron allí.

"Ninguno de los dos proyectos debe pisar una ZEPA", dicen los ecologistas

El mismo Ayuntamiento asegura que estos pájaros, los de verdad, sí sobrevuelan el terreno en el que el Ministerio de Fomento prevé construir un gasoducto. Ambos proyectos atraviesan la misma ZEPA y, en algunos tramos, colindan.

Hace un mes, el concejal de Medio Ambiente de Alcalá, Jesús Domínguez, aducía el interés general para instalar la planta de gestión de residuos en esta zona protegida a nivel europeo. Ahora ha alegado al proyecto de construcción del gasoducto, cuya explotación correrá a cargo de ENAGAS.

El gasoducto une la estación de compresión de Algete con el campo de almacenamiento de Yela (Guadalajara). Medirá 89 kilómetros, de los que 30 cruzarán la Comunidad de Madrid. La tubería tendrá 66 centímetros de diámetro y atravesará los términos municipales de Ajalvir, Alcalá, Algete, Camarma de Esteruelas, Cobeña, Daganzo de Arriba, Meco y San Sebastián de los Reyes. Según las previsiones, estará operativo en 2011.

Según el concejal de Medio Ambiente, los estudios municipales del desarrollo del PGOU de 2005 (actualmente está paralizado en las instancias regionales), indican que se han avistado avutardas en algunas zonas de la ZEPA. En las del gasoducto, pero no en la de la planta de basuras. "Si los técnicos municipales valoran que hay que presentar alegaciones por el impacto ambiental de la planta de residuos, se alegará, pero aún no se ha iniciado el proceso de alegaciones", afirma.

Tanto Ecologistas en Acción como la oposición son contrarios a que cualquiera de los dos proyectos atraviese la ZEPA. Los socialistas alcalaínos piden que se estudie un trazado alternativo y el Ayuntamiento de Daganzo ha presentado alegaciones al paso de la tubería de gas por la ZEPA.

"Aún así, el impacto ambiental de un tubo soterrado paralelo a la carretera no se puede comparar al de una planta de basuras de 60 hectáreas con incineradora", argumenta un portavoz de Ecologistas en Acción, "las aves pueden espantarse mientras duren las obras del gasoducto, pero después podrán continuar en la ZEPA; pero la planta de residuos quedará siempre allí, en el terreno en el que antes estaban los pájaros y que ya no podrán habitar. Aunque ninguno de los dos debe pisar una ZEPA".

Para los vecinos, "lo gordo es la incineradora". Se refieren a la planta de gasificación por plasma incluida en el complejo de gestión de residuos. Una tecnología, según el propio informe de la Mancomunidad del Este, calificada como "de funcionamiento no contrastado". "No será tan bueno si hay tanto secretismo", explicaban vecinos de Alcalá. El Ayuntamiento les había prometido una jornada informativa sobre la planta de residuos en septiembre que no ha tenido lugar.

"Nos preocupa que la incineradora de plasma pueda causar daños para la salud", asegura Bárbara, vecina de Daganzo. "No queremos ser conejillos de indias y sufrir problemas serios de salud que no veremos ahora, sino dentro de 20 años", añade.

Un ornitólogo avista especies protegidas en la Zona de Especial Protección para las Aves de Alcalá.
Un ornitólogo avista especies protegidas en la Zona de Especial Protección para las Aves de Alcalá.C. ÁLVAREZ

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