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Entrevista:DE PASEO CON... Eduardo Anitua | Fin de semana

Buscando la luz en los alrededores de Zaldiaran

No hay semana, en la que Eduardo Anitua (Vitoria, 1956) no participe en alguna conferencia o congreso. "El jueves tengo una conferencia en Barcelona, el viernes un congreso en Bilbao y el sábado marcho a otro a Alemania. Ese es un fin de semana habitual en mi vida", comenta este médico estomatólogo y director del Biotechnology Institute (BTI), con sede en la capital alavesa. Desde este laboratorio, que compite con las grandes multinacionales del sector, se dio a conocer mundialmente al patentar una técnica revolucionaria de regeneración ósea, gracias a la cual se reduce a la mitad el tiempo de recuperación de fracturas e implantes.

Desde entonces, el tiempo libre apenas existe su vida, pero cuando disfruta de esas horas de ocio se entrega, sobre todo, al deporte. "Toda mi vida he intentado dedicar mi tiempo libre al deporte. Y en estos momentos, trato de compaginarlo con mis hijas", precisa. Su obsesión es no robarles más tiempo a ellas.

El médico elogia que en Vitoria se llegue "andando a todos los sitios"

"Cuando salgo de trabajar del laboratorio, a las nueve o nueve y media de la noche, intento dedicarle una hora al deporte. A partir, de mayo salgo a andar en bicicleta". Por cercanía e identificación con el entorno, siempre anda por la zona del bosque de Armentia y los alrededores de Zaldiaran, Lasarte y Berrosteguieta. Todos ellos pequeños pueblos que circundan Vitoria y donde las pistas forestales se multiplican.

"Son pistas por el monte. Sales del garito y ves luz. Para mí, uno de los grandes retos de Vitoria es la luz. Salir cuando está anocheciendo, pero aún hay luz y ver cómo está de verde el campo. Me relaja mucho", reconoce.

Los domingos por la mañana aprovecha para salir con su familia a andar en bicicleta, en plan tribu. "Intento inculcarles el amor por el deporte, lo que pasa es que, desafortunadamente, no dispongo de todo el tiempo que me gustaría". Y el domingo por la tarde, vuelta al laboratorio. "La investigación se ha convertido en una devoción. La ilusión es la clave. No hay que tratar de rentabilizar cada paso que das".

En este momento mantiene abiertas dos líneas de investigación: implantología oral y la terapia regenerativa. Ambas son interminables, sin techo para dedicarles horas de trabajo. "Empezamos trabajando con la regeneración ósea, hemos seguido con Mikel Sánchez [traumatólogo] en el tratamiento de las lesiones musculares tendinosas y ahora estamos sumidos en la artrosis. Cada día que avanzas te das cuenta de que puedes ir un poco más lejos".

Y a pesar de ese poco tiempo libre de que dispone, Anitua encuentra sus momentos para disfrutar de Vitoria. "Se trata de una ciudad deliciosa. Todo está cerca, puedes llegar andando a todos los sitios. Puedes ir a cenar con los amigos andando, y eso, en mi opinión, resulta impagable".

Vitoria tiene muchos rincones para pasear, destaca, pero ya lleva bastantes años que cuando tiene un poco de tiempo sólo va "buscando la luz".

Anitua se ha criado en el entorno a los pantanos del sistema Zadorra, donde ha disfrutado de los deportes náuticos que hace años estaban permitidos. "Esa tradición se ha perdido. Pero lo que no se pierde es la belleza de ese enclave. Es uno de los enclaves más bonitos del País Vasco". Se declara de "gustos primarios: el mar y el monte. Y en verano intento pasar las vacaciones cerca del mar".

No frecuenta los bares, ni toma aperitivos ni copas. "Bastante tengo con las comidas de trabajo: al menos, tres o cuatro a la semana", aapunta. Su paladar se inclina más bien por "la comida sencilla y tradicional, la casera". Y sentencia sin titubeos: "Soy de sidrería antes que de gran restaurante".

Guía para un plan

- Paseo.Una de las cualidades que Eduardo Anitua más aprecia de su ciudad natal es que se puede ir andando a todos los sitios. A la hora de recomendar, se inclina por el Paseo de la Senda hasta el final, hasta Armentia.

- Comer. Amante de la comida casera, el médico e investigador huye de los grandes restaurantes para ceelbrar sus comidas familiares o con los amigos. Dos son las sidrerías que frecuenta de forma más destacada: Sidrería Bideko (Bideko Baserria 74, Amurrio; tlf. 945 892 592; especializada en cocina tradicional) y Sidrería Kupeltegi (en el pueblo de Lasarte, a tres kilómetros de Vitoria, pero en el término municipal de la capital alavesa; tlf. 945 130627; también cocina vasca).

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