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Reportaje:

Multas por venganza

El fiscal se querella contra un guardia de Lleida - El agente multó a un vecino por un choque con su hijo

Ramon Ribert era mosso d'esquadra y luego se hizo guardia urbano. Ahora no ejerce. Pero cuando lo hacía, iba a su aire, según la fiscalía de Lleida, que ha presentado una querella contra él por falsificar al menos cinco denuncias contra vecinos del barrio de Cappont como venganza. Al investigar el caso, el fiscal descubrió otras más, entre ellas la presentada contra un conductor que tuvo un incidente con el hijo del agente. Ribert no está en activo, sino apartado del servicio "por depresión".

La investigación judicial se inició a partir de un expediente disciplinario que los responsables de la Guardia Urbana de Lleida abrieron a Ramon Ribert tras recibir la queja de tres vecinos y deducir que podían existir indicios de una actuación irregular por parte del policía local entre los años 2006 y 2007. Se descubrió que uno de los vecinos fue denunciado por supuestas infracciones graves que le supusieron la pérdida de varios puntos del carnet de conducir, cuando su vehículo se encontraba inutilizado en un taller de reparación.

El resultado de las investigaciones internas del cuerpo sobre Ribert fue trasladado a la fiscalía, que, tras examinar las presuntas anomalías, ha considerado que existen indicios de delito.

Uno de los delitos de los que se le acusa es el cometido contra la Administración de justicia por perseguir con multas injustas a un vecino implicado en un accidente que sufrió el hijo de Ribert cuando conducía su motocicleta. En el juicio se demostró que el joven fue el infractor y a partir de ese momento el guardia se dedicó a perseguir con multas al automovilista.

La fiscalía, además, acusa a Ribert de un delito de coacciones y otro de falsedad documental por haber multado a otros vecinos del mismo barrio para saldar rencillas personales, abusando claramente de su autoridad. Cuando se inició la investigación, Ribert causó baja por depresión y sus superiores le hicieron entregar el arma.

El agente fue condenado en más de una ocasión por coaccionar a los vecinos del barrio junto con un compañero de patrulla. En una de las sentencias, el juez tacha la actitud del guardia urbano de inhumana y censura que infringiera las normas más elementales del comportamiento humano "acometiendo al ciudadano sin respetar sus derechos cívicos".

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Ramon Ribert está ahora acusado de tres delitos: falsedad de documento público, coacciones y contra la Administración de justicia.

Curiosamente, el agente protagonizó el 5 de julio de 2005 una noticia del diario local La Mañana, que aseguraba que, hallándose de vacaciones, Ribert había salvado la vida de una anciana de 92 años cuando estaba a punto de morir dentro de un vehículo en llamas que acababa de sufrir un accidente de tráfico en un pueblo de Álava.

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