El Chillida más filosófico

El trabajo de Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) siempre estuvo muy relacionado con la filosofía, una conexión que expresaba a través de los materiales que utilizó. El Museo Chillida Leku explora ahora ese diálogo en Materializaciones III. Los límites inalcanzables, una exposición que viaja por los conceptos de espacio, materia y límite que manejaba el artista.

La muestra está compuesta por medio centenar de esculturas y obras gráficas, y cierra un ciclo de tres citas. La primera se tradujo en un recorrido por los diferentes materiales con los que trabajó Chillida y su relación con ellos. En la segunda se exhibieron obras ya acabadas, como recordó ayer su hijo Luis, director de Chillida Leku.

Un centenar de especialistas debaten sobre el concepto de infinito

Ahora, y hasta el próximo 26 de enero, los visitantes podrán profundizar en la relación del autor de El Peine del Viento y Elogio del horizonte con el espacio y la materia. Para ello, la exposición enseña cómo Chillida jugaba a dar relieve a sus dibujos en los óxidos y en los hierros. O cómo partiendo del papel hacía escultura, sin renunciar a él como materia prima: cosía el papel y lo hacía pender de cuerdas. Son sus famosas gravitaciones.

La muestra, abierta hasta el próximo 26 de enero, indaga asimismo en el concepto de límite. Por ejemplo, el público se enfrentará a una serie de dibujos de corte geométrico, en los que la línea se presenta como divisora entre materia y espacio, y como marcadora del horizonte, representativa del infinito.

Chillida Leku ha inaugurado Los límites inaccesibles coincidiendo con el octavo Congreso Internacional de Ontología, que tiene el museo como una de sus sedes -la otra es la Facultad de Filosofía de la UPV- y en el que un centenar de filósofos, científicos y matemáticos debaten precisamente sobre el infinito.

El congreso, que concluye hoy en San Sebastián y se trasladará los próximos lunes y martes a Barcelona, está coordinado por el catedrático de Filosofía en la Universidad Autónoma de esa ciudad Víctor Gómez Pin, amigo de Chillida y conocedor de su obra. De hecho, el artista diseñó los primeros carteles de esta cita bienal.

Gómez Pin puso sobre la mesa la polémica en torno al infinito que se da en la historia del pensamiento. Y recordó como fundamentales dos respuestas. Por un lado, la de Aristóteles o Albert Einstein, que "venían a decir que si quitas todo no hay nada". Y, por otro, la de Newton, que "sostenía que cuando quitas todo, queda la distancia". El filósofo situó a Chillida como un seguidor de las tesis de los dos primeros, pensamiento que ponía en práctica de una manera "intuitiva".

El artista, destacó también Gómez Pin, buscaba el vacío, pero no en el exterior, sino "en el interior de los materiales" que trabajaba. "Otra cosa es que diera con ese vacío, que es una profunda interrogación filosófica".