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Reportaje:

Condenados a soplar

Los conductores reincidentes por alcohol deberán instalar un sistema de bloqueo que cuesta 1.200 euros al año

Elsa Granda

Un alcohólico reincidente no dejará de conducir por más que lo ordene una sentencia judicial o la autoridad administrativa. Por eso la intención de la Fiscalía de Seguridad Vial y del Ministerio del Interior es poner en marcha antes de fin de año una prueba piloto de instalación de sistemas de bloqueo (llamados alcolock) en los vehículos de quienes hayan sido sancionados por circular pasados de copas, especialmente en el caso de los reincidentes. En principio, la instalación de estos dispositivos permitirá que los condenados a menos de dos años de retirada de carné puedan conducir. Sin embargo, antes de poder aplicar la medida, la Fiscalía y Tráfico deben estudiar si es necesario reformar el Código Penal y la Ley de Seguridad Vial. Además, el Congreso aprobó ayer por unanimidad una iniciativa del PSOE que pide al Gobierno que se extienda el uso de bloqueadores a todo el transporte público.

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El alcolock funciona de la siguiente manera: para arrancar el vehículo, el conductor debe soplar por una boquilla. El sistema detecta si existe alcohol en el organismo. Si da positivo, el vehículo no arranca, porque se bloquean los sistemas electrónicos y de potencia del vehículo, a los que está conectado el etilómetro. Los dispositivos más avanzados tienen una auténtica caja negra donde se registra todo tipo de información: los resultados de las pruebas, los intentos fallidos de arrancar, las fechas y horas de cada encendido y el nivel de alcohol registrado. No hay detalle que se escape.

Alguien puede pensar que burlar el bloqueador es cosa fácil. Quizás fuera así en el pasado, cuando muchos guardaban su propio aire en un globo antes de beber, para soltarlo en la boquilla más tarde, o aún más increíble, alguno enseñó a su mascota a soplar en su lugar. Esto es historia, porque los modernos alcolocks están calibrados de forma que el engaño es casi imposible. Los más sofisticados incorporan lectura de huellas o del iris.

El alquiler de los dispositivos que se instalarían en los vehículos de los reincidentes españoles a cambio de evitar la suspensión del carné ronda los 1.200 euros anuales. También se pueden comprar, pero sale mucho más caro. La idea es que a la medida del alcolock se sumen programas de desintoxicación para el conductor, lo que dispara el precio a 2.000 euros.

Las marcas de coches nórdicas Saab y Volvo ya ofrecen el bloqueador en varios de sus modelos. Sólo en Suecia hay instalados 30.000 etilómetros. La experiencia también está extendida en países como EE UU, Bélgica, Canadá y Finlandia. En España, de momento, los usuarios no llegan a la veintena. Se estima que de colocarse bloqueadores en vehículos de conductores sancionados por embriaguez, se evitarían 115 muertes anuales. En España el alcohol es la causa de un tercio de los accidentes de tráfico. Tras la reforma del Código Penal en materia de seguridad vial, hace 10 meses, han sido condenadas 21.000 personas por alcoholemia.

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