Lleida expedienta a fieles musulmanes por rezar en la calle
El alcalde de Lleida, el socialista Àngel Ros, anunció ayer que hoy firmará un decreto por el que abrirá expediente administrativo por uso indebido de la vía pública a la comunidad musulmana que tiene arrendada la mezquita de la calle del Nord, en la que ayer rezaron cerca de un millar de fieles, 200 de los cuales lo hicieron en la calle ante la saturación del oratorio.
"Mañana [por hoy] abriremos este expediente administrativo para aplicar la sanción correspondiente", dijo Ros, que agregó que "la obligación de quien tiene un espacio público y sobrepasa el aforo es cerrar la puerta, no permitir la entrada de personas cuando se ha llegado al aforo máximo". El alcalde añadió: "Lo que hoy procedía era cerrar, y obviamente nadie podía utilizar la calle, por eso abriremos expediente administrativo". Apuntó que la comunidad, si prevé un día un aforo como el de ayer, último viernes del Ramadán, mes sagrado de los musulmanes, debe solicitar al Ayuntamiento que habilite un espacio.
La Guardia Urbana de Lleida tuvo que cortar el tráfico para evitar incidentes con los automovilistas.
Los fieles de la mezquita de la calle del Nord han acudido durante todo el verano a rezar a un pabellón ferial abierto de los Camps Elisis, situado a 300 metros del oratorio, ya que en esta época, con la llegada de temporeros, aumenta el número de personas que van a orar los viernes y el local sólo tiene cabida para 600 personas. Sin embargo, ayer no pudieron hacerlo en el espacio cedido por el Ayuntamiento porque estos días se celebra allí la feria agrícola de Sant Miquel.
El imán Abdelwahab Houzi advirtió durante la semana de que tendrían que rezar en la calle ante la falta de capacidad de la mezquita y porque él rechazó la propuesta de hacerlo en dos o más turnos. Houzi estima que un viernes normal acuden al templo unas 800 personas, cifra que se triplica en el Ramadán. La existencia de esta mezquita en un antiguo garaje en los bajos de un edificio de viviendas de la calle del Nord ha provocado malestar entre los vecinos porque consideran que no reúne las condiciones de habitabilidad y salubridad necesarias.
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